28 de febrero de 2006

Goncharova por Tsvietáieva

Editorial Minúscula acaba de publicar un libro hasta ahora inencontrable en España: Natalia Goncharova. Retrato de una pintora. Se refiere a la pintora vanguardista rusa (1881-1962), que su autora utiliza como excusa para hablar de la creación, de su país, de la infancia y también de otra Natalia Goncharova: la que fue esposa de Alexandr Pushkin (por ella se batió en duelo con Georges D'Anthés, resultando herido y muriendo más tarde). De ella dice la autora, por cierto, que «mujeres así han nacido para arruinar». Dice también Tsvietáieva en este libro que la viuda de Pushkin regaló a su muerte las pertenencias del gran poeta romántico ruso: el abrigo que llevó al duelo (rojo, con cuadritos verdes), el reloj de plata y la cartera con un billete de 25 rublos, un mechón de pelo rubio, la sortija talismán con la esmeralda y la "levita negra con un agujero pequeñito, del tamaño de una uña, a la altura de la ingle del lado derecho". La bala le destrozó la pelvis y le atravesó el intestino. Pushkin agonizó dos días en su casa y murió, a los 38 años, el 27 de enero de 1837. Se dice que para que todos aquellos que deseaban verle pudieran acudir a su velatorio hubo que derribar una de las paredes de su casa. A su entierro acudieron cerca de 50.000 personas.
Dice también Tsvietáieva:
Qué suerte para Rusia que Pushkin haya sido muerto por la mano de un extranjero. ¡No se encontró una mano rusa que lo hiciera!
La obra de Pushkin se ha publicado bien en España pero acaso una de las partes más desconocidas sea su correspondencia, precisamente a Natalia Goncharova, que ha aparecido fragmentariamente. En una de sus cartas, hablando de adulterio, le dice el poeta a la que será su esposa:
Qué diablos. Cuando se abandona al marido, el escándalo tiene que ser completo. Lo demás es nada o poca cosa.
Y hablándole de sus sentimientos (y haciendo méritos para convencer a la familia de Natalia) le dice en otra misiva:
Así que le prometo ser muy amable si usted viene, estaré alegre el lunes, exaltado el martes, el miércoles voy a ser tierno, ligero; el jueves seré lo que usted quiera, el viernes, el sábado y el domingo y la semana entera estaré a sus pies.
Pero mucho más premonitorios que este alegre enamorado son estos versos, que sirven para explicar su muerte y su posteridad:
Nuestra alma en el futuro vive,
la oprime el presente
todo es fugaz, todo pasa,
bien vendrá lo que viniere.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a leerme este libro aunque sólo sea por desentrañar el significado de esa frase que, siempre en mi línea, me ha calado hasta lo más profundo. "Mujeres así han nacido para arruinar" dice la frase, y yo quiero saber más sobre esa mujer, interesante seguro, y prejuzgada (tampoco lo dudo). Lo peor de todo esto será la espera hasta conseguir el libro, y la búsqueda del tiempo necesario para leerlo.

PERIFERIA dijo...

Felicitaciones por tan poderoso blog...

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Un espacio para las palabras del Siglo XXI... desde Valparaíso (Chile)

Viva la literatura!!!

Anónimo dijo...

Care, siempre me ha llamado poderosamente la atención la precocidad con la que algunos escritores alcanzan la excelencia (y la madurez literaria). Sin duda, Pushkin es un clarísimo ejemplo. Este autor es todo un icono en Rusia (y fuera de Rusia), y antes de cumplir los 30 ya había escrito algunas obras que se han convertido en clásicos universales ("el prisionero del Caúcaso", "los zíngaros"...). Por cierto Care, afirmas que murió a los 26 y me parece que este dato es incorrecto. Murió joven pero no tanto: Moscú, 1799; Petrogrado, 1837.

Otro caso admirable en cuanto a precocidad en la excelencia y la madurez literaria, en mi opinión, es el de Miguel Delibes. Con 26 años parió una primera novela magnífica: "la sombra del ciprés es alargada" (ganadora del premio Nadal). Y otro tanto podría decirse de Carmen Laforet, que con tan sólo 24 años parió una primera gran novela: "Nada" (ganadora también del premio Nadal).

En fin, lo que pretendo explicar es que hay autores deslumbrantes (al menos a mí me deslumbran), porque han conseguido a una temprana edad lo que muy pocos consiguen al final de una larga vida dedicada en cuerpo y alma a la Literatura.

Saludos cordiales y "bona nit".

Javier A.

Care dijo...

He corregido el dato, Javier, gracias a tu puntualización. Muchas gracias.