12 de septiembre de 2013

20 años de amistad

Seguimos Ángeles Escudero y yo celebrando que hemos publicado una novela -Tengo tanto que contarte- en honor a nuestra amistad, que cumple 20 años. Hoy os hemos preparado un álbum de fotos de nuestra amistad. En muchas ocasiones da risa, pero así son estas cosas, ¿no? Cuando miramos atrás, es mejor saber reírnos.
Aquí lo tenéis:

11 de septiembre de 2013

Si no tenéis nada que leer...


y queréis catar nuestro particular homenaje a la mistad,
sólo tenéis que hacer click en la cubierta y accederéis 
GRATIS a las primeras páginas del libro.
Ojalá os gusten.

9 de septiembre de 2013

«Si no hubiéramos escrito esta novela, nos la recomendaríamos»


Mañana 10 de septiembre llega a librerías una novela juvenil titulada Tengo tanto que contarte que he escrito a cuatro manos con Ángeles Escudero. Es una historia sobre la amistad pero, a la vez, es una celebración de nuestra propia amistad, la de Ángeles y mía, que este año cumple 20 años. Destino nos la ha publicado por todo lo alto, con una cubierta preciosa e inspiradora, y yo soy muy feliz de compartirla hoy con vosotros, navegantes. Os dejo la portada -que ya había adelantado antes de vacaciones- y una entrevista que forma parte del material de promoción. 
Mañana, en este mismo sitio, habrá una sorpresa.



Tengo tanto que contarte es una historia autobiográfica… al menos en parte. ¿Cuánto hay de vosotras en las protagonistas? —Mucho, si atendemos a que se trata de una historia de amistad prolongada en el tiempo. Poco, si nos fijamos en las historias personales de las protagonistas que son en esencia muy distintas a nosotras. Tal vez nuestra mayor aportación es ese canto a la amistad, algo en lo que ambas creemos (y lo demostramos a diario, porque todas las relaciones requieren que pongas algo de tu parte).

—¿Cómo decidís hacer este libro juntas? ¿Es un homenaje a vuestra historia? ¿Una oda a las buenas amigas?
Care: Fue Ángeles la que se dio cuenta de pronto de que estaban a punto de cumplirse los 20 años del día en que nos conocimos. Fue en un pueblo de Málaga, durante un foro de literatura organizado por el Ministerio de Asuntos Sociales de entonces y a la que ambas acudíamos en calidad de escritoras jóvenes y prometedoras. Nos tocó compartir habitación. De todo eso se cumplen dos décadas. Ángeles dijo que teníamos que hacer algo importante para celebrarlo. 
Ángeles: Y a Care se le ocurrió que deberíamos escribir una novela. Lo demás, estuvo más o menos decidido: el tema tenía que ser, por supuesto, la amistad. Dos protagonistas que no necesariamente seríamos nosotras, pero que conservarían nuestro espíritu. Y así surgió Tengo tanto que contarte.

—¿Y cuánto hay de vuestra historia en el libro?
—Nuestro inicio fue igual de catastrófico que el de Olvido y Abril. Es una historia que nos ha divertido siempre tanto que decidimos incorporarla a la novela. Aunque cuando haces algo así debes ponerte al servicio del argumento y los personajes, claro. Las cosas no suelen poder contarse tal como ocurrieron.

—Olvido y Abril se reencuentran después de mucho tiempo sin contacto… Y el reencuentro no es precisamente un camino de rosas… ¿Cuáles han sido los principales obstáculos que habéis afrontado en estos años?
—La distancia, sin lugar a dudas. Vivimos a más de mil quilómetros una de la otra y en ocasiones no ha sido fácil mantener la cercanía. Hay que pelearlo un poco, buscar excusas. Los viajes juntas (y solas) han sido un buen aliado. Seguimos viajando juntas, si podemos, una vez al año. A veces dejamos que vengan nuestros hijos.

—Y en estos 20 años han cambiado muchas cosas. Incuso en nuestra forma de relacionarnos con los demás. Las nuevas tecnologías y las redes sociales han abierto una nueva forma de relacionarnos socialmente ¿Las amigas de ahora son las mismas
que erais vosotras? Es decir, ¿Qué la historia que contáis puede representar a dos chicas de 16 años?
Care: Nosotras tenemos una caja llena de cartas mauscritas que nos enviamos hace un montón de años. Esas cartas contienen un montón de cosas importantes en nuestras vidas. Cambios de rumbo, decisiones cruciales, los hijos… También nuestros inicios profesionales, claro.
Ángeles: Creo que sería fácil decir que no puede ser lo mismo, que hoy por hoy las relaciones son más superficiales e interesadas, incluso. Pero sinceramente pienso que una amistad si es verdadera, por lógica, no puede ser muy diferente.

—Como pasa muchas veces entre amigas, hay un chico que causa problemas entre las dos amigas… Hay cosas que nunca cambian, ¿no?
—¿Qué chica no ha tenido nunca rivalidades con su mejor amiga, sobre todo durante la adolescencia?

—¿Y cómo es el proceso creativo? La historia va alternando la voz de ambas protagonistas, acompañada de un intercambio  constante de cartas que hacen avanzar la historia. ¿Cómo se escriba una novela así a cuatro manos?
—Con muchas horas de conversación y discusiones sobre el argumento, muchos envíos arriba y abajo del documento de word que era la base de todo, mucho trabajo, mucho espíritu crítico, mucha paciencia y, sobre todo, muchas ganas de llevarse bien. No puedes escribir a cuatro manos con una persona con quien no te entiendas. La amistad forma parte del argumento, es la argamasa que termina por
unir las piezas.

—¿Creéis en al amistad para siempre?
Ángeles: Hace años habría jurado que sí. Ahora creo que también la amistad es un ciclo que puede terminar. Las circunstancias cambian, las personas cambiamos y, con nosotros, las relaciones. Aunque las amistades que nacen en la edad adulta o casi, como nos sucedió a Care y a mí, son más duraderas sin perder la intensidad. 
Care: Suscribo lo que dice Ángeles plenamente y añado: Sí, si se da con la persona adecuada y pones algo de tu parte.

¿Cuáles son, según vosotras, las claves para que una amistad aguante tantos años intacta?
Ángeles: Que la otra persona sienta que puede contar contigo siempre. 
Care: En parte, las mismas que hacen que aguante el amor. Cariño verdadero, respeto hacia el otro y cosas que compartir para que valga la pena seguir adelante.
—Al principio de la historia Olvido y Abril no se pueden ni ver y en cambio luego dan lugar a esta bonita novela. ¿Qué pensasteis la una de la otra cuando os conocisteis?
Care: Pensé que era una antipática. Pero sobre todo me fastidió no estar sola. Yo quería toda la habitación para mí. Menos mal que no me salí con la mía, porque ahora seguiría sola.
Ángeles: Creo que tuve envidia de su desenvoltura y de su seguridad. Además, yo también quería tener mi espacio. ¡Menos mal que rectificamos a tiempo! Esta amistad es uno de los pilares de mi vida.

—Una historia de dos amigas jóvenes vista desde la madurez de sus autoras… ¿Es un libro para todos los públicos?
—Así lo creemos. Nosotras lo hubiéramos devorado a los dieciséis años. Y ahora, si no lo hubiéramos escrito, nos lo recomendaríamos o tal vez nos lo prestaríamos, como hacemos con otros muchos libros que nos gustan a las dos. Y creo que nos encantaría el secretario y nos daría para más de una conversación.

—¿Qué creéis que pueden aprender vuestros lectores de Tengo tanto que contarte?
Ángeles: Pretensiones aparte, no me parecería poco que la novela lograse transmitirles el valor de la amistad como un sentimiento fuerte, esencial, frente a lo que sólo “parece” importante.
Care: Aprender es una palabra que no me resulta simpática. Espero, sinceramente, que se emocionen con la historia y que se dejen seducir por los personajes. Hay uno, en concreto, del que terminamos enamoradas las dos, sin pretenderlo. Contagiar estas pequeñas cosas es lo que pretendo siempre que escribo. Creo que es la magia de la literatura.