Al menos lo intentamos, mastica. Rompimos el lunes; hoy almorzamos en un parque cercano a su oficina. Ensalada para mí, siempre a dieta, y filetes empanados que tranquilicen su apetito asesino. Ni yo quería hijos ni tú a mi perro, y se entrega a la mostaza, ojo por ojo, diente por diente. ¿Ya está todo en casa de tus padres? Asiento. Oye, qué rico esto. Mentón de norte a sur, y sonrío imaginando cómo busca a Trueno en la cocina, en la terraza, en el aparcamiento, en parques y avenidas, creyendo —iluso— lo de la correa rota y el trote imparable, mientras mi ex digiere los restos de su mejor amigo.
JAJAJAJA! QUE BUENOOOOOOOO =)
ResponderEliminarEsta historia ya aparecia como gag en "La guerra de los Rose"
ResponderEliminarAntes de "La guerra de los Rose" algo similar en el mito de Tereo. Otra comida sorpresa aparece en "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante" La dificultad estaría en la manera de explicar algo bastante tratado. No me parece mal resuelto.
ResponderEliminarMafalda diria : "Falta la opinión del perro"!!!
ResponderEliminarEn esta historia el perro no es el mejor amigo del hombre
ResponderEliminarEl hombre es el lobo del perro...
ResponderEliminarLa protagonista diría: "cuanto más conozco a mi hombre más quiero a mi perro. Me apetece un poco más"
ResponderEliminarVaya, Anónimo, me temo que no conocía ninguna de las referencias que citas. Supongo que hay ideas tan efectivas, que siempre nos las han pisado antes...
ResponderEliminarHola Elena
ResponderEliminarEn las dos historias la esposa se venga del marido cocinando animales distintos al perro.
La mujer de Tereo le sirvió al hijo de ambos porque éste era clavado a su padre y ella estaba muy molesta: Tereo le había cortado la lengua a su hermana (la cuñada de Mr. T) violándola antes.
En la película de Greenaway, el ladrón asesina al amante de su mujer. Ella le pide al cocinero que lo prepare para su glotón e impotente marido.
Sí, la idea es muy efectiva además de factible. Igual que muy pronto, si no ha ocurrido ya, alguien se comerá a una de aquellas apetitosas strippers acurrucadas como un muelle dentro de un pastel. Estoy seguro.
Pero en "La guerra de los Rose" la historia es casi idéntica. Michael Douglas y Kathleen Turner se están divorciando de muy mal rollo. Turner invita a Douglas a cenar y le prepara un paté que él califica de delicioso. Entonces ella le dice de forma indirecta que lo ha hecho con el hígado de su perro. La única diferencia es que es mentira y el perro sigue vivo.
ResponderEliminarNo he visto "La guerra de los Rose" ¿la recomiendas?
ResponderEliminarNo es una obra maestra, pero sí muy divertida. Y muy salvaje.
ResponderEliminarPues lo dicho: no tenía ni idea...
ResponderEliminarElena, por dos veces intentas justificar tu cuento apelando a tu desconocimiento de las ideas que te citan. No era necesario. Tu microcuento es bueno, contundente y sugerente. Lo de descubrir América dos veces sí que no es nuevo. La literatura está para disfrutarla, y tú, no lo dudes, consigues que la disfrutemos.
ResponderEliminarHola nane,
ResponderEliminarNo había interpretado las palabras de Elena como una disculpa hasta tu escrito. Las tomé según su contenido "no conocía esas referencias" Es posible que conociera otras. "La guerra de los Rose", por ejemplo, esa yo la desconocía.
Fíjate en la frase "La dificultad estaría en la manera de explicar algo bastante tratado. No me parece mal resuelto." ¿Suena a acusación?
Ahora sí leo una justificación.
¿Cómo era? Justificación no pedida, culpabilidad aceptada.
Nane, has hecho aparecer excusas, añadiendo una más, a un delito inexistente al menos para mí.
Soy el otro anónimo. Cuando leí el cuento de Elena pensé que me recordaba mucho a algo, pero no sabía a qué. Al cabo de unas horas me acordé del gag de "La guerra de los Rose" y lo comenté en el blog. Ahora me arrepiento de haberlo hecho.
ResponderEliminarEstoy convencido de que Elena no plagió ese gag, porque sería absurdo plagiar un película muy conocida. Además, aunque hubiese visto la película y el gag se hubiera quedado en su inconsciente, ¿qué más da? Todo argumento, como dice el otro anónimo, admite decenas y decenas de versiones, y la de Elena está magníficamente resuelta.
Os pido perdón, en particular a Elena, por dar pie a este absurdo debate
Hola anónimo,
ResponderEliminarSoy el otro anónimo. Un placer conocerte. Pues sí, el debate es absurdo. Igualmente perdón, especialmente a Elena, por haber escrito.
Hay muchos ejemplos de debates absurdos, no seré yo quien cite alguna referencia.
En cuanto den "La guerra de los Rose" la veo, por lo que comentas se podría comparar con montones de historias anteriores sobre parejas mal avenidas. Tampoco diré ninguna, ya dije dos.