14 de julio de 2010

El pulpo adivino o por qué siempre existirá la literatura


Acabo de leer las declaraciones de un científico del CSIC, experto en pulpos, asegurando que el pulpo Paul no posee dones adivinatorios, sino una agudeza visual limitada. Esa es la razón por la que se decantó, una vez tras otra, por las banderas que resultaban más visibles a sus miopes ojos y añade, imagino que muy serio, que "los cefalópodos, por lo que sabemos, no son capaces de adivinar el futuro". Y dice aún más, dispuesto el científico a arruinarnos el día: "los pulpos viven un promedio de tres años". De modo que no podemos contar con Paul de cara al próximo Mundial de Fútbol, porque o es el Matusalén de los pulpos o habrá pasado a mejor vida.
La noticia, leo, consterna a los seguidores de
España. Muchos se habían hecho ya ilusiones de contar con este oráculo tentacular. La desilusión se palpa en Facebook, donde hay un montón de grupos que tienen como protagonista al pulpo Paul. "No sé mamá, pregúntale al pulpo", "Quiero que el pulpo Paul tome todas las decisiones importantes de mi vida" o "Hazle una pregunta al pulpo Paul", son sólo algunos ejemplos. Buena idea, pienso, esta de preguntarle todo al pulpo Paul. Mi sobrina, sin ir más lejos, le consultó hace sólo unas horas sobre si cierta persona era el amor de su vida y el pulpo, para gran satisfacción de toda la familia, le ha dado fundadas esperanzas.
¿Qué vamos a hacer, entonces, sin el
pulpo Paul? ¿Le crionizaremos? ¿Inventaremos ídolos de barro? ¿Abrazaremos los paraísos artificiales? ¿Escribiremos poesía?
El pulpo
Paul -me encanta decirlo: pul-po-paul, es todo tan oclusivo, tan primigenio, tan de primeras palabras- es la prueba más reciente de que la especie humana se lo cree todo. Es más: necesita creer en algo. Necesita pensar que existe algún ser en esta galaxia -da lo mismo que sea animal, mineral, vegetal o nada de lo anterior- que conoce nuestro destino en este viaje incierto. El pulpo Paul no es un adivino, estoy de acuerdo con el experto del CSIC. Es un icono. Un símbolo simple y simpático de la razón por la cuál la ficción nunca morirá. La necesitamos tanto como el oxígeno. Escuchamos, crédulos y entregados, todo lo que nos dicen, mientras en silencio afirmamos: cuéntame lo que quieras, querido, porque todo-todito lo tomaré al pie de la letra. Estoy programado para eso, para creerte. Es más: para soñar que tus palabras son la única verdad.
De modo que respirad felices, tristes del día, víctimas de los expertos en pulpos del CSIC: aunque muera Paul, nada logrará apagar su legado.
Somos
mentiranómanos. Ficcionadictos. Deliciosos seres mitad verdad-mitad cuentos chinos.
Otra cosa es: ¿qué clase de ficción perdurará?
Ajá, eso quién lo sabe. ¿Y si se lo preguntamos al pulpo
Paul, ahora que aún vive?

* La imagen de hoy, de syymza, tomada de Flickr

5 comentarios:

Begoña Argallo dijo...

Mi hijo que es el mayor escéptico del mundo mundial tiene otra teoría para el bicho. Dentro de una urna, la que fuese le ponían un cebo excelente, y él acudía solícito. Quien acertó en realidad fue el intrépido cebador :)
Esa es su teoría.

Mario dijo...

Estoy del pulpo Paul hasta mis tentáCULOs. De verdad, es que no veas,a este lo ficha telecinco para que adivine el pasado olvidándose del futuro en alguna línea de esas 902 a las tantas y tontos.

En fin, tu entrada ha sido genial.

Y yo, contracorriente... este finde me zampo canto pulpo caiga en mis manos. Sea en lata, sea en tabla de madera con patatas y pimentón...

Un abrazo, agradecido.

Mario

Eomoi dijo...

Viva el pulpo Paul!! Yo también pienso que el cebo era más apetecible el de un lado que el de otro, sin embargo, no porque el cebador sea el adivino o el buen presagiador, sino por el color mayoritario de los medios de comunicación presentes en la habitación de la pecera... Pero sea por lo que sea, viva el pulpo y la ficción!!

Laura dijo...

A todos los que muy agudamente señalan que el cebador, que el color predominante, que la superstición, etc., se les olvida que el bendito pulpo se hizo famoso no por predecir el futuro, que muchos otros bichos lo "hacen" en todos los países, sino porque en ocho oportunidades seguidas acertó. Eso es todo. Acertó. Si te preguntan a ti, que no eres meteorólogo ni tienes instrumentos, si va a llover mañana, y tú dices que sí, y llueve, dirán: "es coincidencia". Si te preguntan otra vez qué pasará con la lluvia el mes que viene y dices: "no lloverá en todo el mes" y en efecto, no llueve en todo el mes, te mirarán con sospecha. Si te preguntan si lloverá el día de Navidad y dices que sí y así ocurre, comenzarán a verte como un adivino, aunque tú no tengas pajolera idea de por qué aciertas. Mientras aciertes, serás creída.
A Paul no ha de importarle ni mucho ni poco este tipo de cosas, por cierto, pero ciertamente el acuario salió beneficiado :)

Anónimo dijo...

Ya lo creo, Laura: ayer supe que Paul es la celebridad más grande que ha tenido jamás su pequeña ciudad. Y que hay agencias de publicidad que han tenido la aviesa intención de comprarlo, qué cosas.