28 de marzo de 2013

La hija de mi profesor de Historia del Derecho me entrevista para Revista de Letras, ¡qué cosas!


Retomando el aspecto decimonónico de El aire que respiras, introduces innumerables géneros durante toda la narración, incluso aparece el menú detallado de una boda.

Sí, es que me encanta la gastronomía y mis personajes suelen comer mucho. En el fondo, el menú es una vil excusa para poder leer acerca de la historia de la gastronomía, sobre cómo ha ido cambiando la manera de comer, y también los usos sociales de la comida, como por ejemplo el modo de presentar los platos y preparar la mesa. La forma en que se servía la mesa a principios del XIX era curioso, poco práctico, y estoy segura de que llamará la atención a más de uno.

Para leer la entrevista completa, haz click AQUÍ

1 comentario:

Begoña Argallo dijo...


Hace tiempo leí un libro de un escritor del siglo pasado que se veía tan desencantado de la mujer en general que en algún momento la comparaba a un simple adorno. Me reí como una loca mientras leía porque no daba crédito a que un autor serio hubiese publicado un libro así. Uno tan sacado de una decepción amorosa inclusive.
Luego contrasté en la red la opinión que otros tuvieron de ese mismo libro y está claro que nadie encontró lo que yo, una larga queja y un gran desencanto hacia la mujer en todas sus formas. Es por eso que en toda la entrevista, jugosísima por todo lo que cuenta destaco este párrafo; qué cierto.


"Todos leemos desde nuestro momento y nuestra óptica, sujeta a la realidad que conoces. La interpretación siempre pasa por el tamiz del lector, por el momento en el que vive, pero también por sus emociones, sus experiencias personales. Por eso un mismo libro es diferente para cada lector".