Envidia: por falta de madera o de jardín o de ambas cosas no puedo ser Chéjov
En el jardín mandó construir una caseta de madera, donde se refugiaba a escribir cuando en la casa había demasiada gente o demasiado ruido. En esa caseta escribió la obra de teatro La gaviota.
Antón Chéjov, de Natalia Ginzburg (Acantilado, 2006)
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Siempre puedes bajarte al café de la esquina con tapones en las orejas.
2 comentarios:
Siempre puedes bajarte al café de la esquina con tapones en las orejas.
Y digo yo, siendo Chejov, ¿por qué no mandaba a toda esa marabunta a la caseta, y se quedaba él en casa escribiendo?
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