Adrián, mi hijo, solicita que este dragón, recién salido de su mano, se llame como él. Así pues, amigos, he aquí al dragón Adrián.
El artista, de vez en cuando, también escupe fuego y se entretiene en sacar lustre a sus escamas verdes.
Todas las princesas tiemblan nada más verle.
3 comentarios:
Jajaja qué mono¡¡¡ Yo tengo en casa el gusano Adrià decorado con acuarela y pintado con las palmas de las manos de la criatura porque aún no controla los lápices. ¡Qué tierno!.
Besos y disculpa por mi ausencia de tu blog tanto tiempo pero he estado participando en un concurso de blogs y escribiendo una novela:)*****
Qué chulo el dragón! No me importaría que me lo presentara ^^
Si además de conocer al dragón, conocemos al autor, podríamos conocer a más futuros dragones que saldrán de su imaginación
^^
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