Doris Lessing recogiendo el Premio Nobel (el discurso lo leyó su editor)
Supongamos que las aguas anegan nuestras ciudades con la subida del nivel de los mares; el narrador permanecerá. Porque es la fantasía la que nos enriquece, la que nos mantiene, la que nos crea, para bien y para mal.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
La que mejora la voz y aclara la vista. A gritos profeticé la gran inundación. Supongamos que las aguas anegan nuestras ciudades; el narrador permanecerá. Porque la fantasía nos enriquece, nos mantiene, nos crea, para bien y para mal
1 comentario:
La que mejora la voz y aclara la vista. A gritos profeticé la gran inundación. Supongamos que las aguas anegan nuestras ciudades; el narrador permanecerá. Porque la fantasía nos enriquece, nos mantiene, nos crea, para bien y para mal
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