11 de enero de 2010

Concurso de opinadores


No suelo hacer mucho caso a las críticas. Las positivas, porque no aportan nada más que hidratos de carbono para el ego. Las negativas, porque una vez extraída la sustancia, no sirven para mucho. De todos modos, suelo prestar más atención a las segundas, porque si están cocinadas por profesionales, sin pasiones que nublen la mirada, suelen dejarte algo de lo que puedes aprender.
Claro que hay excepciones. Está el crítico predispuesto. El que tiene contra ti una ojeriza antigua cimentada en cuestiones no-literarias. Y está el que no lee los libros y a pesar de todo opina (mal) sobre ellos. El que odia todo lo que se vende, de modo que si tienes un mínimo éxito, de inmediato eres sospechosa de algo. El que desprecia a los lectores con sus opiniones que no admiten réplica. En fin. No merece la pena extenderse mucho en este asunto.
Las excepciones a menudo son positivas. Hay críticos que me han hecho ver cosas que estaban en mis libros y de las que ni yo misma era consciente, que han aportado una visión de mi trabajo que para mí ha sido sumamente esclarecedora o que han enriquecido mis ficciones con interesantes aportaciones de su cosecha, que me han hecho ver cuál es la verdadera razón por la que las historias nos fascinan. A ese tipo de críticos, a quienes por fortuna he conocido también en buen número, siempre les estaré agradecida. Y ello -debo decirlo- a pesar de que cometen los mismos desmanes que los otros, aunque de signo contrario: a menudo me ven con excesivos buenos ojos y me convierten en blanco de su generosidad sin límites. Una generosidad a la que con demasiada frecuencia no sé cómo corresponder.
También leo con mucho interés los comentarios de los lectores. Por supuesto, los que me llegan por correo electrónico. Pero no sólo esos. En algunas librerías virtuales piden a sus clientes que opinen de las novelas que tienen a la venta. Reconozco que cuando me dispongo a comprar un libro prefiero que no haya comentarios de ningún tipo. Hace tiempo que me dejo guiar sólo por las opiniones de lectores de mi confianza o por mi propio olfato o necesidad con respecto a un libro o un autor. Pero cuando se trata de mi propio trabajo, la cosa es muy diferente. Me gusta entrar y husmear lo que la gente opina de él. Me encanta -y me admira- el ritual de la pasión, la vehemencia con que la gente defiende sus gustos. Y me divierten mucho los comentarios más negativos, los despiadados, los que mezclan saña con tinta para dejar su impronta. Los leo arrebatada y siempre me parecen cortos y pocos. Los disfruto tanto que hoy quiero, navegantes, compartir con todos vosotros este placer. Aquí van. Pertenecen todos a la sección "Opina" de la Casa del Libro. Os sirvo un menú de ideas preconcebidas y disgusto (imagino que algún ingrediente más habrá, pero no es elegante nombrarlo). Prometo que entre los autores no hay amantes despechados ni acreedores. Por lo menos, hasta donde yo sé.

1)"Una copia descarada de la primera novela de Emily the Strange (...). Si comparas las portadas de las dos novelas te darás cuenta de que la de Care Santos es un quiero y no puedo de la de Emily".
2) "Es tan obviamente similar a Ghostgirl que parecía estar teniendo un dejavu (...), eso sí, se parece a Ghostgirl pero de malísima calidad".
3) "No me gusta que se pase medio libro hablando de lo triste que está la familia de Bel. Me abrurrió bastante".
4) "Se ha perdido el norte. ¿Una campaña de marketing que empieza 3 meses antes de la salida del libro? ¿con merchandising para comprar y con un libro que sólo incluye una mísera canción y una entrevista que está en Youtube? Pero qué es esto, por favor. ¿Y la historia? Una Ghostgirl para españoles, sólo que con una edición horrenda y unos dibujos que dan repelús. Vaya timo".
5) "Una copia de otra novela juvenil que ya ha triunfado, Ghostgirl. ¿Dónde queda la ética profesional? En fin, un libro que no leeré. ¿Se pensarán que los lectores somos ovejas?"

No puedo resistir la tentación de elegir mi favorito, y no es fácil.
Comparto con la número 4 la opinión acerca del cd (no se lo digáis a nadie) y quisiera puntualizar que mi novela no lleva dibujos (con perdón) aunque si los llevara puede que tenga toda la razon y dieran mucho repelús.
A pesar de todo ello, me empecino en elegir el último. ¿No es estupendo ser acusada de plagiaria por un lector que no me ha leído? Espero que por lo menos haya ojeado Ghostgirl. Y que la próxima vez no meta en esto a las ovejas, que no siempre se equivocan, pobres.
Ah, la magia de la literatura.

* La imaginativa foto es de Armando Álvarez, del periódico La Voz de Asturias, y fue tomada a fines de noviembre y en la librería Cervantes de Oviedo.

8 comentarios:

Lord Ghoultiérrez dijo...

Juer, que manía con "Ghostgirl" ¿No? XDD Tengo "Bel" en casa y todavía no lo he leido, pero vaya, asi a primera vista la única similitud es el de las dos protagonistas muertas ¿No? Solo que "Bel" parece un misterio con toque melancólico y "Ghostgirl" una petardada con toques a "Crepúsculo".

Pero ¿Veis? Ya estoy cayendo en lo de juzgar sin leer XDD Pero claro, es que no me atrae nada lo de leerme "Ghostgirl", ¿Que le vamos a hacer?

Saludos!!

Begoña Argallo dijo...

¿Sólo aportan hidratos de carbono?uff, me voy a reciclar...
Me encanta este ¿se dice post?, pues eso, me encanta. Ya lo dijo un escritor; tú escribe, aunque no sepas lo que quieres decir, tú escribe que puedes estar seguro que después vendrá un crítico a explicártelo.
No puedo juzgar, aún no leí a Bell. Y si lo que te gusta es la crítica, como escritora eres demasiado accesible. Haces una literatura que hasta un tonto puede leer.
Espero que te guste. O que no te guste. Ya no sé...

... dijo...

:-DDDDD

QKRX dijo...

Ya que hablamos de críticas... he leído "Bel, amor más allá de la muerte". Me ha pasado casi lo mismo que con "Dos lunas"; me ha gustado mucho el planteamiento de la historia, el ritmo que tomaba... hasta que llega el final, cuando todo acaba resultando tan acelerado que da la sensación de que el libro termina demasiado deprisa... Para explicarme mejor, como cuando pillas el metro por los pelos y la puerta se cierra justo a tus espaldas. La diferencia es que con dos lunas esta sensación llegó ya sobre la mitad del libro, y con Bel sólo me pasó en el último tramo.

Con esto intento hacer una crítica constructiva, aportar mi granito de arena como lectora. He de decir, por cierto, que "La muerte de Venus" me gustó de principio a fin, sin objeciones.

Mayca dijo...

he leido ghosgirl y bell el primero me parece una americanada para adolescentes adoctrinables, de bell me esperaba algo mas ya que es bastante lineal con un final en caida libre. supongo que Care simplemente se sube a la crepuscular moda de vampiros, zombis fantasmas y demas, que tanto factura ultimamente, supongo que las editoriales que son al fin y al cabo las que mueven el cotarro rechazan historias que no son tan vendibles como las ultravampiricas, recordemos la trilogia de David lozano como un claro ejemplo de lo que hoy buscan las editoriales.
Espero que esta moda pase pronto y los lectores tambien podamos disfrutar de historias magicas en otros mundos (cuanto disfrutamos con memorias de idhun y alas negras) y otras realidades.
Por cierto a mi hija de 12 años le encanto Bell.

Yeli dijo...

De pasada y saludando!!!
Un abrazo
Yeli

Mariaje Juan Meseguer dijo...

¡Hola Care!yo no he leído Ghosgirl pero sí dos veces Bel y me ha encantado.
Y mis alumnos de Taller de Lengua de 2º ESO que jamás habían cogido un libro lo han pedido como lectura.

Eomoi dijo...

Hola Care,

Soy nueva en este blog, y te conocí gracias a que un amigo me regaló Bel por mi cumpleaños. Después de leer esta entrada del blog, sentí curiosidad por comparar por mí misma Ghostgirl y Bel, y a parte de que ambos libros tratan de adolescentes muertas que se anclan como fantasmas al mundo de los vivos, pocos parecidos más podemos encontrar. Las protagonistas y las historias son tan diferentes...

Un saludo.