9 de septiembre de 2010
Descansen en paz los personajes que hablan en este diálogo, que parece surgido no ya en otra novela, sino en otro mundo
Le conté a Amparo mis cuitas con Leo. Le hicieron mucha gracia. Como siempre, ejerció de amiga sensata que dice las cosas que piensa.
—Pero Vio, cariño, cómo te has vuelto. ¡Estás sentando la cabeza! ¿Has pronunciado la palabra «pereza»? ¿Tú?
—Yo no digo que esté sentando la cabeza, sólo que con Leo no me interesa perderla.
—Ya. En cambio, te gusta que te mire el culo.
—Claro. Pero él no entiende que con eso me basta. Miraditas, algún toqueteo inocente, frases con doble sentido... No necesito más.
—No lo entiende porque es un hombre, Vio. Para ellos los preliminares conducen a algo o son una pérdida de tiempo.
—Ya. Conducen a follar. Justo lo que a mí no me interesa.
Me miró entrecerrando los ojos. Tenía un cubata en la mano.
—No sé si te haces mayor o es que el pobre Leo no te gusta lo bastante.
—¿Tal vez una mezcla de ambas cosas?
—Entonces, déjale en paz y no le des esperanzas, mala.
—No puedo. Me gusta demasiado que me mire el culo.
—Y que te invite a cenar, haciéndose ilusiones.
—Oye, que siempre pagamos a medias. No me llames aprovechada.
—Lo eres. Una aprovechada con todas las letras.
—Yo me considero más bien una idealista en busca del hombre ideal.
—Nanai: una ilusa convencida de que lo que tú quieres existe.
—Una cuarentona con cuerpo de veinte.
—Una calientabraguetas que no acepta que se hace mayor.
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2 comentarios:
Jajaja, me ha encantando el intercambio final de definiciones :p
Espero que la "vuelta al cole" haya ido bien!!
Un diálogo impropio de la autora de 'Intemperie', si me permite el decirlo.
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