18 de noviembre de 2010

Quince meses de obsesión

Hace quince meses, exactamente en agosto de 2009, decidí escribir una novela sobre la memoria de una familia burguesa. Comencé a leer. Biografías y memorias, al principio. Epistolarios, artículos, alguna que otra novela (pocas: leo pocas novelas cuando escribo una novela). Me sumergí, literalmente, en algunas hemerotecas reales y otras virtuales. Los seguidores habituales de este blog habéis ido encontrando pistas de esa búsqueda en este sitio, donde he ido colgando a lo largo de todo este tiempo de pesquisas publicidad aparecida en la prensa de principios del siglo XX o de finales del XIX, alguna que otra crónica digna de guasa y curiosidades por el estilo. 
Luego, como siempre ocurre, la novela se encalló. Cambié el narrador. Fue la primera de las dos veces que lo hice (un horror). La di por perdida definitivamente el día de mi cumplaeños de este año, exactamente el día en que cumplía 40. Anuncié a mis cuatro lectores de confianza: "He tirado la novela". Los cuatro se enfadaron, cada uno a su modo, pero los tres quisieron leerla. Deni dijo: "Estos personajes parecen amebas. Haz que les ocurran más cosas y salvarás la novela". Francesc dijo: "Lo más interesante son los recursos A y B. Explótalos más y salvarás la novela". Sandra dijo: "Me dan ganas de saber más. Termínala". Ángeles dijo: "Los personajes son seres humanos. Quiero conocerles."
Así que la resucité, la reescribí de cabo a rabo. Hubo un momento en que tenía cuatro versiones (numeradas del 1 al 4), y no sabía cuál era la buena. Maté personajes, nacieron otros, le cambié la vida entera a la protagonista (le puse un amante, le quite el amente, la hice soltera, casada, malcasada, con hijos...), eliminé más de 120 páginas... Luego llegó el verano, me fui al lago de Como y allí, mirando las montañas, todo cobró sentido. A mi lado estaba Ángeles, y eso nunca es un detalle que deba ocultarse. Ángeles inspira. Tanto como el lago de Como o más.
Desde el 25 de agosto he escrito compulsivamente. Llegué al número de páginas que había previsto (300) pero la historia necesitaba más para cerrarse. Seguí adelante. En los últimos meses, he despertado casi casa noche urgida por apuntar escenas, y diálogos, y nombres y pequeños y grandes detalles. Algunas noches más de tres veces. Pura obsesión. Hace más de un mes que estoy "terminando la novela".
Y hoy, de pronto, a las 13:54, la novela se ha terminado. He escrito la última frase, que tiene 12 líneas, y el punto final. Luego: "Esta novela se escribió en Mataró, Madrid, Turégano y Como entre abril de 2009 y noviembre de 2010". Un segundo después, me daba lástima haber terminado la novela. ¿Cómo voy a vivir sin ellos? ¿Sin Amadeo, sin Rodolfo, sin Violeta, sin Teresa, sin Concha...?
Me queda la corrección y la larga y hermosa etapa de edición, mano a mano con Miriam, mi editora. Pero ellos, mis personajes, ya se han desgajado de mí. Ya sé que no hay quien me entienda, pero les echo de menos.
Y soy feliz de haber terminado una historia que, a decir de uno de esos lectores en quien tanto confío, a día de hoy es lo mejor que he escrito nunca. Ahora lo que más deseo es que llegue a otras manos y haga reír, emocione, permita disfrutar a otros. Será a partir de abril, y este lugar, el primero donde exista, claro.

¿Qué estás pensando?

Es coherente, y bonito, presentar aquí antes que en ninguna otra parte a esta nueva criaturita, que hoy mismo sale de la imprenta. En primer lugar, porque más de dos terceras partes de los textos que conforman este nuevo libro mío han salido de este blog. En segundo, porque siento que a vosotros, los que estáis al otro lado de la pantalla, os pertenece desde antes de existir. Creedme: si dispusiera de ejemplares suficientes, haría llegar uno a cada uno de los seguidores habituales de este rincón de la red.
Se trata de un libro misceláneo, que agrupa artículos sobre escritura y sobre virtualidad a partes iguales, pero también mucha autobiografía, mucha nimiedad cotidiana -esa que da pie a todo-, algún que otro poema, algún microcuento y varios aforismos.  Y todo ello siguiendo el recorrido de un año sin salir de los mundos virtuales, del blog a Facebook -de ahí el título-, desde el 8 de abril de 2009 hasta el 8 de abril de 2010. Esto de las fechas es una ficción, porque en realidad el libro recoge textos escritos en los últimos 6 años, pero el calendario me sirvió como excusa para darle una forma y un sentido a un material muy diverso. 
Como lectora, me encanta tropezar con libros así. Como autora, me siento feliz de que un par de editores valientes -David y Nacho, los jóvenes y prometedores Baladí- se hayan animado a publicarlo.
Por último, comparto con vosotros una última felicidad. Los colorines de la cubierta son obra de un artista plástico muy especial: para mí: Adrián Olmedo. Es mi hijo, de ocho años, y no podría haber debutado tan por todo lo alto sin el empeño -otra vez- de mis editores y el magnífico trabajo de su diseñador gráfico. Es una cubierta alegre y locuela, muy acorde con el contenido del libro, que me llena de ese baboso orgullo maternal.
Y como ahora corro el riesgo de ponerme pesadita hablando del joven artista, lo dejo aquí para no abrumaros, navegantes. 
Feliz lectura.

14 de noviembre de 2010

Discovering Pedro Muñoz Seca

D. Pedro Muñoz Seca, celebre autor de La venganza de D. Mendo, vivía en Madrid, en una finca de la C/ Velázquez, y con pocos días de diferencia fallecieron los porteros de dica finca, una venerable pareja de ancianos, querida y respetada por todos, fueron enterrados juntos, y uno de sus hijos, le pidió a Muñoz Seca que le escribiera un epitafio para sus padres y éste, cumplió el encargo y le escribió el siguiente verso: 

Fue tan grande su bondad
Tal su generosidad
Y la virtud de los dos
Que están con seguridad
En el Cielo, junto a Dios

En aquella época, los epitafios de las lápidas debían ser aprobados por el Obispo de la diócesis, y el de Madrid no lo aprobó, diciendo que Muñoz Seca no era quien para decir que los difuntos estaban en el cielo junto a Dios. Muñoz Seca, entonces, rectificó y escribió este otro epitafio:

Fueron muy juntos los dos,
El uno del otro en pos
Donde siempre va el que muere….
Pero no están junto a Dios,
Porque el Obispo no quiere.

El obispo se enfadó y envió un escrito a Muñoz Seca:

“Ni yo ni ningún representante de la Sta. Iglesia, intervenimos para nada en el destino de los difuntos, por tratarse de un misterio inescrutable, que ni usted, a pesar de su buena voluntad, ni nosotros estamos capacitados para aclarar”.


Muñoz Seca volvió a rectificar y escribió el epitafio definitivo:

Flotando sus almas van
Por el éter débilmente,
Sin saber que es lo que harán
Porque desgraciadamente
Ni Dios sabe donde están.

8 de noviembre de 2010

2 de noviembre de 2010

Pasando lista...

ALFONSO XIII
AMÈLIE
ALDO
ANTONIA
AURORA
BASSEGODA, RAMÓN
BESSA, MATILDE
BESSA, SILVIA
BRUSÉS, CASIMIRO
BRUSÉS, LUISA
BRUSÉS, MARÍA
BRUSÉS, SILVITA
BRUSÉS, TATÍN
BRUSÉS, TERESA
CANALS AMBRÓS, FRANCESC
CARMELA
CONDE GIMÉNEZ , EDUARDO
CONDE GÓMEZ DEL OLMO, OCTAVIO
DANIEL
DE LA CUADRA, EMILIO
DESPUJOLS, ALBERT
EUTIMIA
ESPELLETA TORRES, MONTSERRAT
GAMBÚS, DR.
GARCÍA, ARCADIO
GENTILE, SILVANA
GOLORONS, MARIA DEL ROSER
GOLORONS, HERMANOS
GÓMEZ DEL OLMO, CECILIA
JASON
JUANITA
LAX FREY, RODOLFO
LAX BRUSÉS, MODESTO
LAX GOLORONS, AMADEO
LAX GOLORONS, JUAN
LAX GOLORONS, VIOLETA
LAX RAHAL, VIOLETA
MALLAIS, MARGOT
MARIANO
MARTÍNEZ CRUCES, CONCHA
MAURA, ANTONIO
MONTULL, FELIPE
MONTULL, JULIÁN
MONTULL SERRANO, EULALIA (LAIA)
OLYMPIA
OTRANTE, FIORELLA
PAREDES, SARGENTO
PRIMO DE RIVERA, MIGUEL
RAHAL, VALÈRIE
ROSALÍA, SELVAS, RICARD
SERRANO, VICENTA
TORRES-SOLANOT, VIZCONDE DE
VICTORIA EUGENIA
VIVES, MIGUEL
WALDEN, DRINA

He aquí la lista, por orden alfabético, de los personajes de la novela que estoy terminando. No me puedo creer que sean tantos. Y por fin comprendo que me haya llevado tanto tiempo y tantos dolores de cabeza.

Suculenta lectura de noviembre

Con enorme satisfacción os presento hoy una antología de relatos terroríficos de autores españoles. No la he recibido aún, pero estoy deseando hacerlo para hincarle el diente a los cuentos de gente a quien admiro y sigo. Mientras la encontráis en vuestra librería habitual, os dejo la lista de autores incluidos (entre los que, entusiasmada, me cuento), a modo de aperitivo. Y mi felicitación a este sello editorial que en su todavía corta vida ha sabido convertirse en imprescindible.

Alfredo Álamo
Juan Ramón Biedma
Emilio Bueso
Matías Candeira
Santiago Eximeno
Cristina Fernández Cubas
David Jasso
José María Latorre
Alberto López Aroca
Lorenzo Luengo
Ismael Martínez Biurrun
Ángel Olgoso
Félix Palma
Pilar Pedraza
Juan José Plans
Miguel Puente
Marc R. Soto
Norberto Luis Romero
Care Santos
José Carlos Somoza
José María Tamparillas
David Torres
José Miguel Vilar-Bou
Marian Womack

1 de noviembre de 2010