10 de noviembre de 2014

NOVEDADES DE OTOÑO 4 / Amaranta


Esta semana llega a las librerías mi última novela para jóvenes. Me gustaría contaros algo de ella.

A menudo mis charlas en los institutos terminan pidiendo a los asistentes que me cuenten alguna historia. Las de fantasmas son de nuestras favoritas. A todos alguna vez nos ha ocurrido algo que la razón no puede justificar al cien por cien. A menudo me cuentan historias inquietantes. Yo les digo lo que aseguran los expertos en fantasmas: que la adolescencia es un momento especialmente sensible para el contacto con el más allá. 
Hace unos tres años, después de una charla en un instituto, se acercó una alumna de 16 años y me preguntó si podía contarme una historia "muy fuerte" de la que no quería hablar delante de sus compañeros. Me la contó a mí sola. Me dijo que podía escribirla, si quería. Cuando comenzó, pensé que sería una historia como tantas otras. Pero a medida que me la iba contando, consiguió horrorizarme. No he podido dejar de pensar en ella en todo este tiempo. En parte por eso nació Amaranta, la novela con la que he ganado la última edición del Premio Jaén. Porque necesitaba contarla. 

Aunque la historia de fantasmas sólo es media novela, y en absoluto es la que todo el mundo destaca. La otra media es real, muy real. Amaranta es la hija de un banquero muy rico, muy famoso y -claro- muy corrupto. Su futuro está decidido de antemano, aunque a ella no le guste: debe seguir los pasos de su abuelo y de sus padres al frente de Bancomundo, el banco de su familia. Aunque todo cambia de pronto, la noche de su decimoctavo cumpleaños, cuando conoce a Ismail, uno de los camareros contratados por la empresa de cátering que ha organizado una megafiesta en su casa, y se enamora de él.

Hace años que dejé de ser adolescente. Tampoco creo en fantasmas, aunque a menudo escriba sobre ellos (sé que a algunos les decepciona saberlo). Sin embargo, sigo creyendo fervientemente en dos cosas que son la base de esta novela: que el amor es capaz de cambiarlo todo y que la única esperanza del mundo son los jóvenes. Ojalá ellos no sean como nosotros.
Y ojalá os guste lo que Amaranta ha venido a decir, que es mucho. Muchísimo.