24 de enero de 2008

Susan Sarandon, mamá tardía (a los 42 años)

Procuro no aceptar trabajos que caen en medio de la temporada escolar. Este año ha sido la primera vez que me he ido, a Australia concretamente, para trabajar cuando hay cole. Fue porque mis hijos me animaron a aceptar el proyecto (Irresistible). Pero tampoco fue muy largo. Estuve fuera dos semanas, ellos me visitaron durante una semana, coincidiendo con la Semana Santa, y me quedaba entonces sólo otra semana antes de volver. Ahora que hablamos de colegios, acabo de pasar por la vuelta al cole y es terrorífica. Me estresó mucho. Además, Tim (Robbins) estaba todavía en Suráfrica trabajando, así que tuve que hacerlo todo sola. Me agobian sobre todo los detalles, las pequeñas cosas. Algo que viene a colación en esta película, por cierto, en la que vemos que si nos concentramos mucho en esos pequeños detalles, al final puede que perdamos de vista la totalidad. Como pasar tiempo con tus hijos y ver la tele con ellos o hablar con ellos mientras les llevas al colegio.

Entiendo que tenerme como madre tiene que ser horrible. Pero les pido que me digan en una escala del uno al diez lo importantes que son los agasajos o ventajas que conlleva la fama de sus padres, y me dicen: "un ocho". Lo mismo para los problemas e incomodidades de llevar un apellido popular, y me dicen que "un cinco". Así que estamos tres puntos arriba. No sé qué más contarles. Y la verdad es que toda la vida la gente te va a apreciar por las razones equivocadas. Por los pechos que tienes, por el coche que conduces, porque posees dinero... El objetivo, incluso sin una madre famosa, es encontrar a la gente que te entiende. No va a haber mucha. Es difícil. Pero una vez la encuentras tienes que agarrarte a ella. Ése es uno de nuestros trabajos en la vida.

Cuando tuve a mi hija, la gente me dijo: "Vas a dejar de ser independiente. Tu libertad ha acabado. Ya no tendrás tiempo de nada". Reflexioné sobre lo que había sido mi vida hasta entonces y pensé: "¿Y en eso consistía la libertad?
Rechacé un papel de protagonista en Retrato de una dama porque no quiero trabajar mientras mis tres hijos están en el colegio. Me los llevo a todas partes, pero no sólo porque creo que es lo mejor para ellos, sino porque no podría trabajar estando lejos de ellos. Algunas veces pienso: "¿Voy a volverme como mi madre?". Lo más interesante de convertirse en padres es que es muy posible que llegues a la conclusión de que estás totalmente de acuerdo con los principios que te inculcaron tus padres, pero que sus motivaciones no son las mismas que las tuyas. Tienes que reinventar un código moral que esté de acuerdo con tus convicciones. No creo que vaya a estar en este mundo para siempre. Como he sido bastante tardía, lo único que me preocupa de verdad es vivir lo suficiente para ver que pueden enfrentarse a la vida.

Nunca he estado tan segura de quién soy como ahora, pero al mismo tiempo, me doy cuenta de que no sé nada. Tengo casi cincuenta años. He cometido un montón de errores y he aprendido de ellos. A mis hijos les digo: "Vuestro deber en la vida es cometer errores. Tenéis que equivocaros. Se supone que se aprende de ello y se supone que se sigue haciéndolo hasta la muerte. Cometerlos más rápidamente que yo, pero de todas formas no dejéis de hacerlo".



La imagen de hoy es de propio cuño: vista parcial del estado caótico de mi mesa mientras termino este trabajo.

1 comentario:

Carmen Fernández Etreros dijo...

Me ha encantado... Ser mamá tardía es complicado y más si eres Susan Sarandon. Renunciar a 'Retrato de una dama' debió ser duro pero seguro que compensó.

Me quedo con: "El objetivo, incluso sin una madre famosa, es encontrar a la gente que te entiende. No va a haber mucha. Es difícil. Pero una vez la encuentras tienes que agarrarte a ella. Ése es uno de nuestros trabajos en la vida".

Agarrarse a la gente que te entiende, muy importante y muy complicado...