Vistas gran parte de las instalaciones, Sampedro le condujo hasta la habitación que, en función de sus méritos, le había sido asignada. Una individual para uso individual con derecho al uso de un baño comunitario al fondo del pasillo.
Junto a la salida del ascensor departían en actitud beatífica cuatro querubines. En el hilo musical sonaba Brahms. En la nevera sólo había agua con gas y cocacola. La ropa blanca era más blanca que nunca.
—¿Se te ofrece algo más, hijo mío?, preguntó Sampedro consultando el expediente.
—Nada más —susurró él, abrumado.
—Entonces no olvides que la habitación se deja antes de las doce. En recepción te informarán sobre cómo llegar al infierno, donde no hay tantos problemas de espacio y podrás quedarte el tiempo que desees.
Por cierto, sigue la polémica en el post de Martin Amis (día 22 diciembre). ¡Interesante!
3 comentarios:
Y además de no haber problemas de espacio, en el infierno hay unas radiadores que da "Gloria".
¡Ja, ja, ja...!
Hola
He enlazado tu blog al mío. felicidades. Por cierto, me he atrevido a lanzarte un reto: a ver si poes en un post cuál ha sido la noticia más relevante del año 2005. I después, pides a 5 personas más que lo hagan. ¿Lo aceptas?
Lo acepto. Será el post del último día del año. Yo también te enlazo. Gràcies per la fraternitat!
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