Cada vez que me siento ante ustedes
señoras y señores, asistentes a esta conferencia
donde no diré nada que ustedes no supieran
o por sus medios no pudieran saber.
Cada vez que les miro y me dispongo
a hablar de lo de siempre ante ojos nuevos
lo que hago en realidad es ofrecer
mi cuello de piel blanca y aún suave
y poner en sus manos un enorme cuchillo
y rogarles: por favor, señor, señora, sea
so kind y rebáneme el cuello
delante de esta gente que nos mira,
curiosa.
Jamás se vio tamaño desenlace
para una conferencia.
Y no crean que no me agradaría
el espectáculo.
Así me siento ahora.
A punto del degüello.
Da igual que me desnude diez veces cada día
delante de decenas de personas.
no importa si me gusta o si me mata.
Me juego la vida cada vez que me calzo
estas botas de andar, de ser otra persona.
Camino por el mundo en la impostura
y lo más terrible es que soy verosímil
como sabemos serlo los buenos narradores.
Incluso aquel para quien me disfrazo,
para quien miento y poso, y soy otra
sólo porque deseo que se quede
(aunque a veces se aleja),
incluso él me cree sin fisuras.
Me haces falta esta noche y ya me asusta
esta cruel traición de las palabras
que también llegará
como llega contigo todo aquello que temo.
Llegará ese segundo, tal vez adormecido,
loco, cargado del deseo que quema,
en que veré en tus ojos el motivo
para apostar el cuello a lo de siempre
(a las cosas que no tienen remedio).
Como no lo tendrá que agarres el cuchillo
con firmeza
después de comprobar la calidad del filo
y lo hundas en mi piel mientras me juras
“siempre estaré a tu lado, alma mía”.
Y alrededor, contentos de la farsa,
aplaudirán todos los asistentes.
1 comentario:
Care,
profundo, directo y pasional. Como debe ser la buena poesía.
Estar lejos es vivir más allá de nuestra "vida"...disfruta lo que te queda por Miami.
Por cierto, me ha encantado el post...
Besitos.
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