No me felicites por cumplir mis sueños
sino por seguir aferrada a ellos.
No te duelas conmigo porque perdimos
juntas a los que amábamos.
Alégrate conmigo por los que quedamos
en pie, junto al camino,
bordeando el precipicio.
No vaticines triunfos y glorias
recuerda cuando lloraba contigo
agarrada a una esperanza miserable
en la que nada era áureo
ni duradero ni valioso.
No me veas como todos
pues para ti soy otra: la de siempre
la que no tiene dónde resguardarse
ni puede disimular
su verdadera naturaleza.
No cometas el error
de mirarme por fuera nada más.
Por dentro sigo siendo aquélla,
caracol sin escafandra,
agarrada al temor
de no tener nada propio,
nada que recordar
en la última hora de amargura.
No te dejes engañar
por esta apariencia absurda
que yo misma retrato en los espejos.
Buscar el mejor lado
y eliminar el resto
es la cara moderna del engaño.
Debajo de la máscara perpetua
sigue existiendo el monstruo.
* La imagen: Autorretrato portugués.
4 comentarios:
Un día cazaré tu luz (vamos, te haré fotos) y tus palabras...
:)
Y a mí me encantarán esas fotos de mi Mai, como me han encantado estas palabras Care, preciosas. Llenas de esas verdades que solo se muestran a veces.
Un gran abrazo.
Se ha instalado en la vida Lo políticamente perfecto.
Aunque todos sabemos que la perfección no existe.
Vivimos con un solo lado de la realidad.Qué cierto.
Saludos
SsAa CaArEeH tOo rEsHuUlOoNaH ToO cAaNiHh!!
Publicar un comentario