Una vez le preguntaron a Patricia Highsmith cuánto descansaba entre novela y novela. Respondió: "15 segundos".
Una documentación es un proceso de selección: encuentras y descartas. Escoges. Escoger es agotador. A veces, guardas un asunto para otra ocasión, más adelante. A veces ese asunto está guardado durante años, sin manifestarse, sin dar señales de vida. Hay asuntos muy dóciles, que esperan durante décadas. Otras, el asunto que guardaste pide a gritos salir. Te ordena que le prestes atención y tú acatas sus órdenes, dócil.
Natalia Ginzburg decía que la escritura es un amo. Un amo durísimo que no te deja respirar. Añado: un amo al que obedeces con gusto.
Nunca me había ocurrido. Acaban de llegarme las pruebas de mi próxima novela. Me miran, mudas, desde la mesa de la cocina. Tengo 17 días para corregirlas. Es decir, el proceso aún no está cerrado. Aún debo leer la novela recién terminada unas 3 o 4 veces más, hasta comenzar a aborrecerla. Aún me estoy despidiendo de ella. Pero ya estoy pensando en la siguiente. No tengo ni idea de por qué me ocurre esto. No necesito descansar, sino comenzar de nuevo. Creo que la semana que viene me lanzaré a una investigación que resolverá algunas incógnitas. Tal vez en unos pocos meses esté escribiendo de nuevo. Tal vez antes. Es maravilloso pensarlo. Lo mejor de una novela es pensarla. Esa fase en que aún todo es posible. Los 15 segundos de la vieja y sabia Patricia Highsmith.
* La imagen: Café con ideas en Madrid.
1 comentario:
Suerte con la corrección ;-)
Nuestra cabeza nunca descansa, y aunque tratemos de silenciar ciertas ideas, ellas cobran vida con fuerza, sin importarles nada más, sin importarles si estamos ocupados o no.
Y eso es lo bueno, sentir que las ideas regresan constantemente. Es una forma de saber que estamos vivos, que sentimos, que imaginamos!!;-)
Un abrazo Care!
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