Voy a pasar el verano escribiendo. Hay historias que no pueden esperar. Mis personajes me necesitan. Por ahora, la novela es una nebulosa de la que comienzan a surgir algunas pequeñas y grandes historias. Como siempre, tengo personajes. Marianna es la primera. No sé por qué, tiene las mejillas rosadas y sonríe sin parar. A veces la veo parada en mitad de mis sueños, con los brazos en jarras y la falda ondeando como una bandera, mirándome sin dejar de sonreír. Es como si me preguntara: ¿Qué? ¿Sabes ya qué tengo que hacer, cuál es mi cometido?
Enseguida, le digo, déjame tomarme primero un descanso de una semana. Lo necesito, Marianna, te lo prometo. Además, me lo he ganado. Pero ella sonríe con picardía y me dice: Sabes que no es cierto. Vayas donde vayas, nunca descansas, porque a mí y a los que son como yo, seres de humo, no nos dejas nunca atrás. Allá donde quieras descansar, asaltaremos tu sueño para interrogarte sobre nuestro destino. Te preguntaremos: ¿Qué sabes? ¿Voy a morir joven? ¿Serán correspondidos mis sentimientos? ¿Hallaré la felicidad allá donde me hagas vivir?
En fin... es la historia de mi vida. Seres inexistentes me susurran al oído frases que tengo que escribir. Suena como una patología y da un poquito de repelús.
Como por ahora no puedo adelantar nada más que vaguedades, os dejo este regalito gráfico que tiene que ver con todo lo que dictan mis seres de humo. Y la promesa de ir desvelando en este rincón algunos otros detalles del proceso.
2 comentarios:
Suerte con esa creación, Care!!
Mil besos!!
¡Qué bonito lo cuentas! me cae bien esta Marianna...
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