-Esta es mi historia, amigos: vivía yo con un anticuario viejo y gruñón cuando fui adquirido (por Internet) por una escritora que me creía idéntico a un personaje de una de sus novelas, de nombre Brancaleone. Estaba equivocada, claro, como todos los que viven fuera del mundo. Planifiqué mi fuga durante semanas y al fin lo logré. Un gato gris y gordinflón, de nombre London, me ayudó a alcanzar la calle. Una vez allí, me lancé a una cloaca, donde me esperaba un zapato de cordones a punto de zarpar. Por desgracia, hacía aguas. Así conocí el mar al mismo tiempo que el terror. Por desgracia peso mucho, no tardé en dar con todo mi plomo en el fondo. Fui deglutido casi enseguida por un besugo. El besugo no era muy espabilado, vio un anzuelo donde se retorcía un gusano, y se dejó pescar por el Amaranta, un barco que faena todos los días frente a las aguas de El Maresme. Mi besugo -conmigo en la panza- fue subastado en el Puerto de Arenys, donde me adquirió Maria Rosa, la pescadera que tiene su puesto en la plaza de Cuba de Mataró. Allí fui vendido por segunda vez en mi vida, aunque esta vez sin salir de mi escondrijo. Quién me iba a decir que la compradora sería la misma que la otra vez. De modo que regresé a esta casa, donde volví a encontrar a la misma escritora, que desde el sábado cree en los milagros de la casualidad mucho más que antes. Y quien no. Mi corazón de plomo también comienza a dejarse convencer por lo inexplicable.
HOY 2 DE ABRIL ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL.
QUE LA MIRADA DEL NIÑO NUNCA OS ABANDONE.
Y LOS LIBROS, TAMPOCO.
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;-)
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