Son muy raros, los amigos: desaparecen.*
Me ha ocurrido pocas veces. A los amigos desaparecidos sigo buscándolos por los armarios, bajo las alfombras, en el fondo de las papeleras. Su ausencia duele como una quemadura. Todos los días.
Son muy raros: a veces, al cabo de muchos años, vuelven a aparecer.*
Os mantendré informados.
* De Entre paréntesis, Roberto Bolaño
4 comentarios:
Claro que, bien mirado, y si Bolaños y Care me permiten, peor son esos amigos que no hay forma, tu, de que desaparezcan. Llegan un día, se instalan en tu vida y ahí se quedan, ajenos al trueno y a los calendarios...
No deja de tener razón Braulio. Hay amigos con alma de perro y amigos con alma de gato. A veces, los amigos-gato arañan, pero algunos amigos-perro pueden llegar a ser muy, pero que muy pesados. Hay quien se toma la amistad al estilo Ian Fleming: como si fuera una licencia para matar (de muermo)
Quizá sí que hay veces en que se necesita estar solo..pero también sé que los buenos amigos siempre están ahí. Y que sin ellos seguramente la vida sería mucho más triste.
Seguramente no sería vida...¡ay, los amigos!
Por cierto, Care, si quieres hacerme una visita, me he hecho un blog: http://darkverzight.blogspot.com
Besos :-)
Matizando, cito de Montaigne: «Un antepasado dice que estamos mejor en compañía de un perro conocido que en la de un hombre cuya franqueza desconocemos. Ut externus alieno non sit hominis vice*. El lenguaje falso es muchísimo menos sociable que el silencio».
*De modo que el extraño no es un hombre para el hombre. Plinio, Nat. Hist., VII, I.
Care, querida, debes explicarme cómo pones ciertas líneas en italic.
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