Es la última moda y es muy fácil: accedes a una página web (http://www.husbandcrossing.com/), rellenas un sencillo cuestionario (altura, peso, color de ojos, color de pelo, dimensiones del miembro, disfunciones sexuales, comida y postura favoritas…) y obtienes un número de registro y unas sencillas instrucciones que, una vez impresas en un papel autoadhesivo (lo facilita la organización contrareembolso de una cantidad irrisoria) es conveniente pegar en un lugar visible. En el apartado «Preguntas frecuentes» de la citada página, te explican que lo mejor es hacerlo en la espalda o en la parte posterior de los calzoncillos del marido a abandonar.
El siguiente paso es dejar al marido –ellos lo llaman «liberar»- en algún lugar donde otra persona pueda encontrarlo. Por ejemplo, un transporte público repleto de gente o una estación. Los aeropuertos o las dependencias oficiales están contraindicadas: lo más probable es que el marido liberado termine por parecerle sospechoso a alguien y acabe en comisaría, lo cual daría al traste con todo el proceso. Lo mejor es dejarlo en un parque (aquellos que frecuentan los que salen a correr muy de mañana son los mejores), a la salida de algún colegio (mejor si es de primaria), en alguna reunión de tupper-ware o en un centro comercial los primeros sábados de cada mes.
La trayectoria del marido una vez liberado —y esa es la gracia— se puede seguir luego sin ninguna dificultad a través de la web en cuestión.
Al acceder a ella, lo primero que llama la atención es la hospitalidad del sitio: «Has llegado a un lugar amistoso y te damos la bienvenida a nuestra comunidad de liberadoras de maridos». En la parte superior destaca un mensaje en letras rojas: «¿Has encontrado un marido con la etiqueta de HusbandCrossing? Si es así, por favor haz una entrada en el diario, ¡enseguida!». Al entrar en el diario, el usuario recibe nueva información:
«¿Encontraste un marido HusbandCrossing? Si es así, gracias por llegar hasta aquí. ¡Estamos contentos de contarte entre nuestros amigas! Hay al menos una usuaria anterior de tu nuevo marido que estará muy feliz de saber que está en buenas manos. Tan pronto como hagas una entrada en el diario en referencia al marido que has encontrado, nuestro sistema enviará un email a el/los miembro/s que hayan disfrutado de él antes. Y algún día en el futuro, asumiendo que le abandones de nuevo una vez lo hayas utilizado, ¡sabrás que bien se siente una!”.
Yo misma, atraída por la novedad, liberé hace tiempo un marido (número de registro RA-281095) dejándole en el Puerto Olímpico de Barcelona una noche de sábado. Al acceder hoy, cinco años después, a su página de seguimiento, he obtenido la siguiente información:
Alita from Vilanova y la Geltrú. Mal amante pero muy hogareño. Idóneo para ir al cine a ver películas de acción (pagando tú la entrada). Released in Hotel América de Sitges, Barcelona, Spain. A la media hora ya no estaba.
Browneygirl, from Madrid. Dejé al marido en las escaleras de la estación de metro de San Bernardo. Al día siguiente se lo habían llevado. Me parece una buena idea pero él era un poco flojo.
Spiderwoman, from Valverde de Leganés (Badajoz). Ejemplar algo estropeado. No muy bien dotado (algunas malformaciones, creo que congénitas). Se lo presté a mi prima, recién separada, mamá de 2 niños. No me dijo nada de cómo le fue. Lo tuvo en casa 3 años para ahorrarse dinero en canguros. Luego lo abandonó en el AVE Madrid-Toledo (compartimento de equipajes).
Es la última pista registrada. Si ha tenido más usuarias (o usuarios) no han optado por registrarse o han roto la cadena. Al lado de su número de registro HusbandCossing, aparece ahora una maleta con patas, lo cual indica que en este momento podría estar desplazándose de un lugar a otro, deseando que alguien le encuentre.
Sólo me queda añadir mi gratitud hacia HusbandCrossing y sus responsables. No sólo ofrecen una salida digna para quien, como yo, no soportaba más a sus legítimos. También nos recuerda el valor del reciclaje: siempre hay alguien que puede sacar un buen provecho de lo que a ti ha dejado de interesarte.
El siguiente paso es dejar al marido –ellos lo llaman «liberar»- en algún lugar donde otra persona pueda encontrarlo. Por ejemplo, un transporte público repleto de gente o una estación. Los aeropuertos o las dependencias oficiales están contraindicadas: lo más probable es que el marido liberado termine por parecerle sospechoso a alguien y acabe en comisaría, lo cual daría al traste con todo el proceso. Lo mejor es dejarlo en un parque (aquellos que frecuentan los que salen a correr muy de mañana son los mejores), a la salida de algún colegio (mejor si es de primaria), en alguna reunión de tupper-ware o en un centro comercial los primeros sábados de cada mes.
La trayectoria del marido una vez liberado —y esa es la gracia— se puede seguir luego sin ninguna dificultad a través de la web en cuestión.
Al acceder a ella, lo primero que llama la atención es la hospitalidad del sitio: «Has llegado a un lugar amistoso y te damos la bienvenida a nuestra comunidad de liberadoras de maridos». En la parte superior destaca un mensaje en letras rojas: «¿Has encontrado un marido con la etiqueta de HusbandCrossing? Si es así, por favor haz una entrada en el diario, ¡enseguida!». Al entrar en el diario, el usuario recibe nueva información:
«¿Encontraste un marido HusbandCrossing? Si es así, gracias por llegar hasta aquí. ¡Estamos contentos de contarte entre nuestros amigas! Hay al menos una usuaria anterior de tu nuevo marido que estará muy feliz de saber que está en buenas manos. Tan pronto como hagas una entrada en el diario en referencia al marido que has encontrado, nuestro sistema enviará un email a el/los miembro/s que hayan disfrutado de él antes. Y algún día en el futuro, asumiendo que le abandones de nuevo una vez lo hayas utilizado, ¡sabrás que bien se siente una!”.
Yo misma, atraída por la novedad, liberé hace tiempo un marido (número de registro RA-281095) dejándole en el Puerto Olímpico de Barcelona una noche de sábado. Al acceder hoy, cinco años después, a su página de seguimiento, he obtenido la siguiente información:
Alita from Vilanova y la Geltrú. Mal amante pero muy hogareño. Idóneo para ir al cine a ver películas de acción (pagando tú la entrada). Released in Hotel América de Sitges, Barcelona, Spain. A la media hora ya no estaba.
Browneygirl, from Madrid. Dejé al marido en las escaleras de la estación de metro de San Bernardo. Al día siguiente se lo habían llevado. Me parece una buena idea pero él era un poco flojo.
Spiderwoman, from Valverde de Leganés (Badajoz). Ejemplar algo estropeado. No muy bien dotado (algunas malformaciones, creo que congénitas). Se lo presté a mi prima, recién separada, mamá de 2 niños. No me dijo nada de cómo le fue. Lo tuvo en casa 3 años para ahorrarse dinero en canguros. Luego lo abandonó en el AVE Madrid-Toledo (compartimento de equipajes).
Es la última pista registrada. Si ha tenido más usuarias (o usuarios) no han optado por registrarse o han roto la cadena. Al lado de su número de registro HusbandCossing, aparece ahora una maleta con patas, lo cual indica que en este momento podría estar desplazándose de un lugar a otro, deseando que alguien le encuentre.
Sólo me queda añadir mi gratitud hacia HusbandCrossing y sus responsables. No sólo ofrecen una salida digna para quien, como yo, no soportaba más a sus legítimos. También nos recuerda el valor del reciclaje: siempre hay alguien que puede sacar un buen provecho de lo que a ti ha dejado de interesarte.
5 comentarios:
Vive Dios que, tras leer
el post aqual de intercambio
de libros quedé tocado,
pues aquí casi piqué.
Que inocente puedo ser
cuando destas cosas trato
todo el anzuelo me trago:
juro que hasta el link cliqué.
Non buscando al su consorte
(de tal susto Dios me salve):
sino por ver quién lo hace
non vaya a ser que me toque
debería ser difícil, a estas alturas, que me sorprendieses pero, lo sigues haciendo. El relato es muy bueno, y muy duro, también. Pero para reírnos (sobre todo de nosotros y nosotras mismas) tenemos el humor, y la literatura es eso, y es también la posibilidad de reflexionar o de pensar en voz alta, o de jugar, o de rectificar un poco a la vida cuando se pone pesada.
Posdata: ni loca le coloques a quien tú sabes la susodicha pegatina, porque habría tortas por llevarlo a casa. O, quien sabe, si lo mismo se libera él mismo y se te va de paseo, un paseo largoooo. Aunque sabiendo de tu tirón y de su catadura moral, te lo encontrarías llamando al timbre de casa y con una bolsa de dónuts de chocolate para desayunar.
Cuando he terminado de leerlo, he caido... Mas tarde, recorde que era un microcuento, que como todos los tuyos, sorprenden a mas no poder.
Igual los del bookcrossing denuncian a Husbandcrossing por plagio, ten cuidado!
Muy bueno, me he reído mucho.
Me ha encantado.
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