16 de julio de 2007

George Orwell: Por qué escribo

Dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos:

1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que lo despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta.

Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.

2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte. en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.

3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.

4. Propósito político, y empleo la palabra "político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

O resarcirse de los mayores que lo despreciaron a uno (1.1),
por ejemplo, por sentir entusiasmo estético (2) el cual requiere mayor proximidad respecto a las cosas como son (3)

Experimentados 2 y 3, uno insiste en vivir su propia vida hasta el final (1.2) lo que le lleva a 4. Una sociedad donde, por ejemplo, 1.1 no suceda (child is the father of the man), 2 sea más universal o no se pierda la sensación de ser individuos.

Fernando Alcalá dijo...

Creo que yo encajaría en el uno, aunque no exactamente. Recuerdo que cuando leí a Unamuno por primera vez me impactó mucho que comparara a los libros con sus hijos, que tuviera esa necesidad de dejar constancia de su paso por la tierra, de no ser olvidado.

Yo creo que escribo un poco para eso, para no ser olvidado. Supongo que es el miedo a la muerte, al fin y al cabo.

La otra parte es que necesito hacerlo. Hay mucha gente que lo hace para conocerse mejor, interiorizar en sí mismo... yo creo que lo hago por la razón contraria. Es una manera de evadirme y de vivir aquello que no puedo vivir en la vida normal. Para mí es como una droga. Si no escribo, tengo síndrome de abstinencia y me pongo de mala leche. Afortunadamente (por la parte de mala leche que le toca aguantar a mi familia) han aprendido a respetarlo.

¿Por qué escribes tú, Care?

Anónimo dijo...

Como Ferlocke yo echo de menos una posible causa: la evasión pura y dura.

Vives, construyes, te recreas en otras realidades.

Yo me quedó con la evasión. (Recuerda "Los viajes de Sullivan").

wraitlito dijo...

¿Por qué los motivos?
Quizá la volición no tenga nada que ver con la vida que uno sigue.
Escribir puede ser también un acto de necesidad.
Saludos.