Con todo mi respeto, pero el problema de este hombre es esa epilepsia visual que le embarga cuando quiere dar miedo (parece que la cámara la lleva un enfermo de Parkinson, y formalmente ese recurso es tramposillo a muerte). Aquella revisitación de Historias para no dormir (¿se llamaba "Para entrar a vivir"?) era absolutamente lamentable.
Aunque por otro lado, debo ser de los pocos en este país que disfruta como un enano con ese pastiche multireferencial llamado Darkness.
Amor, odio, enre dos aguas me hallo, que diría alguien.
En terror todo es multireferencial, m., me temo. Inevitablemente. Y Balagueró sabe sacar buen partido de sus referentes, que no es fácil. A mí me encanta Frágiles. Me parece una muy buena película, con una atmósfera muy conseguida. Darkness también es de mis favoritas. Y es que haga lo que haga este hombre, yo no me lo pierdo.
M, esa "epilepsia visual" se llama stop-motion, y es una técnica fundamental en el cine de terror. La emplean muchos directores y su eficacia está bastante más que estudiada. Sirve para hacer que el movimiento (y, por ende, la realidad), parezca antinatural, imposible.
Miwok, los niños de las pelis de terror nos dan tanto miedo porque personifican el valor simbólico de la pureza y la inocencia. Convertirlos en pasto o fuente del mal y/o la depravación nos resulta abyecto y es de una eficacia demoledora a la hora de impactar a un espectador cada día más insensible.
Luego tenemos a Care, que no necesita de todo esto para hacer una historia de terror. Ya ves, a dónde se va a morir toda esta teoría.
Emilio, conozco la Stop motion como recurso del género (hice algún que otro trabajo sobre cine de terror para la facultad), pero a lo que yo me estoy refiriendo es a que la cámara de Balagueró, muy concretamente en "Entrar a vivir", "tiembla" (y remarco la palabra) más que una apisonadora de obra (lo que parece casi más una ínfula videoclipera y pretenciosa para marear que un intento serio de infundir pavor formalmente al espectador; además de ser inaguantable). Son cosas distintas, creo yo.
No seré yo el que me meta con otras cosas de Balageró (porque de hecho muchos de los recursos que usa son artesanales; y que a estas alturas del partido un tipo pase de cgi y fondos azules no sé, me pone)
5 comentarios:
Con todo mi respeto, pero el problema de este hombre es esa epilepsia visual que le embarga cuando quiere dar miedo (parece que la cámara la lleva un enfermo de Parkinson, y formalmente ese recurso es tramposillo a muerte). Aquella revisitación de Historias para no dormir (¿se llamaba "Para entrar a vivir"?) era absolutamente lamentable.
Aunque por otro lado, debo ser de los pocos en este país que disfruta como un enano con ese pastiche multireferencial llamado Darkness.
Amor, odio, enre dos aguas me hallo, que diría alguien.
En terror todo es multireferencial, m., me temo. Inevitablemente. Y Balagueró sabe sacar buen partido de sus referentes, que no es fácil. A mí me encanta Frágiles. Me parece una muy buena película, con una atmósfera muy conseguida. Darkness también es de mis favoritas. Y es que haga lo que haga este hombre, yo no me lo pierdo.
Uff ¿Por qué los niños dan tanto miedo?
M, esa "epilepsia visual" se llama stop-motion, y es una técnica fundamental en el cine de terror. La emplean muchos directores y su eficacia está bastante más que estudiada. Sirve para hacer que el movimiento (y, por ende, la realidad), parezca antinatural, imposible.
Miwok, los niños de las pelis de terror nos dan tanto miedo porque personifican el valor simbólico de la pureza y la inocencia. Convertirlos en pasto o fuente del mal y/o la depravación nos resulta abyecto y es de una eficacia demoledora a la hora de impactar a un espectador cada día más insensible.
Luego tenemos a Care, que no necesita de todo esto para hacer una historia de terror. Ya ves, a dónde se va a morir toda esta teoría.
Emilio, conozco la Stop motion como recurso del género (hice algún que otro trabajo sobre cine de terror para la facultad), pero a lo que yo me estoy refiriendo es a que la cámara de Balagueró, muy concretamente en "Entrar a vivir", "tiembla" (y remarco la palabra) más que una apisonadora de obra (lo que parece casi más una ínfula videoclipera y pretenciosa para marear que un intento serio de infundir pavor formalmente al espectador; además de ser inaguantable). Son cosas distintas, creo yo.
No seré yo el que me meta con otras cosas de Balageró (porque de hecho muchos de los recursos que usa son artesanales; y que a estas alturas del partido un tipo pase de cgi y fondos azules no sé, me pone)
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