"Escribo porque se me llena la cabeza de ideas. Escribo porque es una forma de estar solo y acompañado a la vez"
Alga Marina Elizagaray, citando a José Martí:
"Nadie debería morirse mientras pueda servir para algo.
"Los niños son los que saben querer"
"La ingratitud de los hombres es la gran pena del mundo".
"Sólo es grande el hombre que nunca pierde su corazón de niño".
Anna Lavatelli
"Escribir me ha proporcionado un profundo bienestar del alma
que casi me atrevería a llamar felicidad".
"Siempre hay que dejar al lector una posibilidad de interpretación".
"Los escritores somos malos, perversos, nos gusta complicar las cosas"
Gonzalo Moure:
"Cada hombre es el niño que fue. Cada niño es el hombre que será."
"A Andersen, hoy día, no le darían el Premio Andersen".
Gonzalo Moure citando a Murakami:
"Así es la escuela: lo más importante que aprendemos en ella es que lo más importante no se puede aprender en ella".
* Como había prometido, estas son algunas de las perlas que se pronunciaron la semana pasada en el Encuentro Internacional de Escritores organizado en Quito por Girándula y la Academia de Literatura Infantil y Juvenil, al que tuve la suerte de asistir como ponente.
** Las imágenes muestran a los participantes, en actitudes más y menos circunspectas: foto de grupo a la salida del segundo almuerzo / los carteles oficiales / Francisco Hinojosa y Soledad Córdova / el busito hacia la comida. ¿Se nota que fue uno de los mejores encuentros a los que he asistido?
1 comentario:
Gracias por cumplir la promesa!!
Muy buenas las palabras mencionadas por los escritores, me encanta la de Anna Lavatelli:
"Escribir me ha proporcionado un profundo bienestar del alma que casi me atrevería a llamar felicidad".
Y es que para mí el arte de escribir, aparte de crear una ficción para poder contar lo que quieres y adornarlo, es una forma de desahogarse de los malos momentos, de hacer terapia, y de vivir vidas que tienes la certeza que jamás vivirás.
Por eso es un ejercicio tan liberador y gratificante.
Encantada de ver tu sonrisa escritora conocidísima, pero muy buena escritora.
Un abrazo de esos gigantes llenos de ánimo,
Rebeca.
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