Yo he crecido rodeada de gatos, no encuentro fotos ni recuerdos de mi infancia en la que no saldría alguno de los que teníamos en la casa del pueblo.
Y mi infancia fue la etapa más feliz de mi vida.
Soy demasiado sensible y cariñosa, quizá tuvieran la culpa, los gatos de color huevo, las tortugas, los pastores alemanes y los peces de color naranja xD
Que este niño tiene alma de artista ya lo sabíamos, y que tú atenderás a sus demandas emocionales y afectivas, está meridianamente claro. Gato, perro, o pez, será un ser vivo más al que habrá que cuidar y querer. Por cierto, yo no sé si sabías que en mi casa llegamos a tener cuatro y cinco gatos a la vez, incapaces de separar a las familias. Luego nos moderamos y vivieron en casa de uno en uno. Era bonito llegar y encontrar esa bolita de pelo, dispuesta siempre a acurrucarse a tu lado. Pero ahora, yo también me resisto a que entre una mascota en casa. Mi único argumento: no quiero tener otra responsabilidad más, aunque con ello renuncie a todo lo demás. Posdata: mi hijo, pasea casi todos los días al perro de la vecina, así que su dosis de afectividad y responsabilidad con el mundo animal, la tenemos cubierta.
3 comentarios:
Me encanta!!
Yo he crecido rodeada de gatos, no encuentro fotos ni recuerdos de mi infancia en la que no saldría alguno de los que teníamos en la casa del pueblo.
Y mi infancia fue la etapa más feliz de mi vida.
Soy demasiado sensible y cariñosa, quizá tuvieran la culpa, los gatos de color huevo, las tortugas, los pastores alemanes y los peces de color naranja xD
Ya nos dirás como acaba el dilema de la mascota!!
Un beso fuerte.
Que este niño tiene alma de artista ya lo sabíamos, y que tú atenderás a sus demandas emocionales y afectivas, está meridianamente claro. Gato, perro, o pez, será un ser vivo más al que habrá que cuidar y querer.
Por cierto, yo no sé si sabías que en mi casa llegamos a tener cuatro y cinco gatos a la vez, incapaces de separar a las familias. Luego nos moderamos y vivieron en casa de uno en uno. Era bonito llegar y encontrar esa bolita de pelo, dispuesta siempre a acurrucarse a tu lado. Pero ahora, yo también me resisto a que entre una mascota en casa. Mi único argumento: no quiero tener otra responsabilidad más, aunque con ello renuncie a todo lo demás.
Posdata: mi hijo, pasea casi todos los días al perro de la vecina, así que su dosis de afectividad y responsabilidad con el mundo animal, la tenemos cubierta.
Para nosotros el mejor es arcanus.
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