Comienzo a escribir pensando: No tengo ni idea de lo que voy a escribir. Deberías no escribir, entonces, dice mi conciencia. Sí, cierto. Pero la conciencia, ese mono iquieto, recuerda: ¿Cuánto hace que tienes descuidado el blog? Demasiado tiempo. Entonces, escribiré. Tú misma, dicta la conciencia. Y así, espalda contra espalda con tu vocecilla interior, compareces donde te espera el mundo entero y nadie al mismo tiempo.
Te dices: un poema, una de esas confesiones personales, una cita de altura, una recurrencia de las habituales (ya sabéis: escribir, librerías, los temas de siempre...).
No. Qué pereza, repetirme. Mi conciencia: Ya, ahora pretenderás ser original, ¿no? Yo: Sólo quiero divertirme escribiendo algo en el blog. Al fin y al cabo, para eso escribo el blog, ¿no? Para divertirme. Debo de ser la única loca del mundo que se divierte haciendo lo mismo que hace 8 horas todos los días.
Bueno, entonces hagamos algo divertido. Una lista. ¿No te gustan las listas?
Eso es.
LISTA DE COSAS SORPRENDENTES
QUE ME HAN PASADO EN LAS
ÚLTIMAS DOS SEMANAS:
-Un señor engominado visitó mi piso y sonrió
al ver los libros, complacido de que me guste tanto leer.
-Un vendedor de libros del otro lado del planeta
alabó mi buen gusto.
-Pujé en la subasta de un objeto que no deseo.
-Le puse tareas a un Premio Cervantes.
-Fijé, por fin, el día en que dejaré de ser miope.
-Supe que antes de tener cuatro puntas,
el tenedor tuvo dos y también seis.
el tenedor tuvo dos y también seis.
-Hice una foto a mi sombra en movimiento. **
-Llegó (por correo certificado) un libro tan hermoso
que me disparó los latidos del corazón.
-Le expliqué a un neoyorquino que me escuchaba
muy interesado quién fue Amadeo de Saboya.
-Grabé un anuncio para anunciar los mercados de mi ciudad.
-Le expliqué a una desconsolada criatura de 8 años
por qué es mejor no tener tetas hasta más adelante.
-Le expliqué a una desconsolada criatura de 8 años
por qué es mejor no tener tetas hasta más adelante.
-Descubrí dos lepismas erráticos en el parqué de mi salón *.
El post está escrito, ya puedes dejar de sentirte mal y dedicarte a todas esas cosas vulgares que tienes apuntadas en la agenda.
¿Has comprendido ya por qué el tiempo a veces se estira hasta el infinito y otras veces se acartona y se quiebra en cuanto intentas manipularlo? Tranquila: yo tampoco.
Pero hoy el tiempo te ha dado para todo. Hasta para el blog. Mañana será otro día, navegantes.
Y la conciencia, satisfecha, se retira a sus aposentos.
* He aquí el verdadero tema, dice mi conciencia. De eso deberías haber hablado: de lepismas y de su influencia en tu vida última. No me dirás que no te da para una entrada. Bueno, respondo, tendrá que ser en los próximos días. Sea, pues.
** Como la imagen de hoy demuestra.
6 comentarios:
ummm...
y ese libro tan hermoso, ¿Podríamos saber cual es?
eso, podríamos?
tejana
¿Podríamos, podríamos?
El tiempo se ríe ne mi cara cada noche cuando me estoy lavando los dientes para irme a la cama. ¡Juas! y tú te pensabas...
En fin, la lista de las cosas que te pasan daría para una novela.
Un saludo
Bonita entrada.
A veces el tiempo se esfuma veloz y optras cuando necesitar´´iamos que lo hiciese se ralentiza.
¿Quien comprende al tiempo?
Gracias por actualizar el blog y sacarnos una sonrisa con ese juego de conciencia espalda con espalda.
Un beso
Claro que sí, navegantes. Le dedico un post en los próximos días, para no alargarme mucho por aquí.
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