11 de abril de 2006

Cuestión de principios

En su especial Feria del Libro, la revista digital Literaturas.com publicará una encuesta con un buen número de escritores en la cual se nos pregunta si dejaríamos que una sola de nuestras obras se pudiera descargar gratuitamente desde Internet. No sé qué dirá la gente, pero yo responderé que no, que no permitiría que ninguna de mis novelas se pudiera descargar gratuitamente en la red. Es cuestión de principios, además de supervivencia. No vale nada aquello a lo que no se le otorga un valor, ni que sea simbólico. Voy a poner un ejemplo: Stephen King publicó hace unos 4 o 5 años una de sus novelas en la Red. Creo recordar que la "vendía" a 2,50 euros. Un precio, por otra parte, que nada tenía de simbólico: más o menos esa cantidad es la que el estadounidense recibe por cada uno de los libros vendidos en una librería. El 10 por ciento reglamentario, como todos. El 12 por ciento, tal vez, en su caso: una prebenda que los editores reservan a los que son capaces de vender tanto como él. Cobrando 2,50 euros en Internet lo más probable es que King cobrara más aún de que suele recibir por cada ejemplar vendido. Esa modalidad de edición permite, entre otras cosas, una relación más directa entre autor y lector. También permite prescindir de los editores, lo cual conlleva ciertas ventajas (y también ciertos inconvenientes). Aunque entraña también un innegable riesgo esa relación directa. El mayor es la falta de rigor: aunque me pese reconocerlo, los editores juegan un importante papel a la hora de cribar de entre todo lo que reciben aquello que, en su opinión, debe llegar a las librerías. Que muchas veces se equivoquen no significa que no sean necesarios.
Del mismo modo, es necesario recordar al lector que una novela no es algo que surja por arte de magia. Que tiene su valor. Un valor económico, además de todos los demás. Y no sólo porque los escritores poseemos extraños metabolismos acostumbrados a tres comidas diarias, también porque los placeres puros, como recordaba César Mallorquí hace un par de días en su blog, siempre cuestan dinero. Irse de putas cuesta dinero, decía él, con acierto. Por supuesto. Y comprar una novela es algo parecido a irse de putas.
Así que, queridos visitantes, tendréis que esperar toda mi vida y los 70 años de rigor tras mi muerte hasta que se liberen los derechos de cuanto he escrito y podáis descargar mis novelas en Internet. Suponiendo, claro está, que por aquel entonces —calculo que, más o menos, podemos estar hablando del año 2115— alguien recuerde que alguna vez existí y escribí cosas, o quede alguien con ganas de leer, o quede alguien con ganas de algo, o quede humanidad (y no nos haya destruido el cambio climático, los herederos biliosos de Bush o Bin Laden, otro impacto de meteorito, el loco iraquí o un puñado de marcianos cabreados, como los que creó Fredric Brown).
De entre todas las posibilidades, ésta última sería la mejor. Por lo menos, unas risas.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Care! Si Lola Flores decía: "si me queréis, iros", tú tienes que decir: "si me queréis, pagad".

B. Llamero dijo...

Cada vez que me piden la enésima colaboracion gratuita para tal o cual revista, diario o publicación, con el irrebatile argumento de que "a ti, hombre, no te cuesta nada escribir", me preguntó por qué nadie le pide a un albañil que le haga por la cara la tapia que está necesitando, bajo idéntico argumento: "a ti, hombre, no te cuesta nada poner ladrillos".
Pues sí cuesta. Poner ladrillos y escribir. Y lo que cuesta hay que pagarlo. Menos morro, pues.

Anónimo dijo...

Estimada Care,

Con independencia de que podamos estar o no de acuerdo con lo que afirmas (y, en cualquier caso, las opiniones de uno son de uno y eso hay que respetarlo), no es necesario obtener el permiso de un autor para difundir, divulgar o copiar su obra a través de Internet. Vamos, que no lo digo yo; lo dice el código penal español en su artículo 270: si no existe ánimo de lucro, no existe delito. De hecho, esa es la causa por la que ningún juez encausa a ningún usuario de redes P2P en España. De manera que la premisa de la que parte la encuesta de Literaturas.com es falsa, al menos en lo que a la legislación española se refiere.

alberto dijo...

Estimado Alber, encantado de volver a hablar contigo. Sabrás que el código penal va a ser reformado en breve para enterrar definitivamente los P2P, los copyleft y cualquier otra cosa, para que ningún juez tenga duda.

Anónimo dijo...

Oler un libro nuevo, o viejo. Entrar en una librería que antes era un teatro, compar un libro sólo por el título, o porque has leído una crítica interesante, o quizás porque es el primer libro de poesía que le publican a un amigo, o porque es el último de tu amiga, aunque ella siempre te los regale. Pasear las manos por los tomos, ver la foto de quien lo ha escrito, pedir que te lo envuelvan para regalo, aunque sea para tí. Leer las dedicatorias, las citas, los agradecimientos.
No es sólo cuestión de dinero.

Anónimo dijo...

Las leyes siempre siguen a las necesidades sociales. Es una necesidad social regular la propiedad intelectual en Internet. Confío en que se haga pronto y se haga bien.

Anónimo dijo...

Las sensaciones y placeres que proporcionan una página que huele a tinta, nunca podrán ser sustituidas por la pantalla del ordenador.

¡¡Pero explotar las posibilidades que ofrece la tecnología para dar a conocer novedades, es lo mejor!!

Descargarse libros no es muy "friendly", leerlos en pantalla es un rollo... Hasta que no inventen el interfaz directo ordenador - cerebro no hay que temer.

Francisco Ortiz dijo...

Las descargas gratuitas benefician a la cultura, en parte. ¿Cómo accedería un chileno, pongo por caso, a una determinada obra que no se editará nunca en su país? Las descargas por las que se cobra benefician a la cultura y al autor. Care: tú publicas gratis. El breve relato del otro día, tu blog, sin ir más lejos. También esto es literatura, ¿no, amigos?

miwok dijo...

Como dicen por ahí no es comparable leer un libro tumbado en tu camita a leerlo en la pantalla del PC...Yo no puedo comprar todos los libros que quiero leer, pero están las bibliotecas, no es necesario gastarse nada para tener todos los libros que puedas desear.No creo que sean necesarias las descargas gratuitas.

Anónimo dijo...

Exacto, Miwok. Aunque también hay que regular el préstamo bibliotecario, otro atraso. Pero sí: que vivan las bibliotecas. Un día hablaremos de ellas. ¿Os parece?

Anónimo dijo...

Estoy con Francisco Ortiz.

Anónimo dijo...

Interesantes los comentarios. Creo que se debe dejar a juicio del escritor si su obra o alguna de sus obras se deja gratuita por internet. De hecho he conocido escritores que lo han hecho así, enun blog o algna web, como la de cyberdark. Y me ha ayudado a conocerlos. Por otro lado hay que reglar el pirateo, porque el dia en que haya una interfaz para leer comoda, a ver d elos que estamos aquí no se va a bajar algo (que tire la primera piedra). Pero eso es una p... para el escritor, que tiene sus necesidades. En fin , que hay que elucubrar, pero creo que en algnos casos es ventajoso que sea gratuito, por el tema d epromoción.