10 de abril de 2006

Un día cualquiera

Parar el despertador. Cinco minutos más. El llanto de Álex, que no está de acuerdo con mi pereza. El primer biberón. Zapatos, chaquetas, desenredar los rizos gemelos de los míos de mi hija Elia. La carrera matutina para llegar a tiempo al colegio. Ordenador. Teléfono. Mi agente, algún editor, las chicas de mi suplemento. Trabajo hasta la hora de comer. Comer temprano, ni cinco minutos después de la hora debida. Biberones, llantinas. Siesta del bebé. Escritura con interrupciones (o sin, si no atiendo al teléfono, como suelo: los contestadores se inventaron para gente como yo). La obligación diaria de llegar a la tercera página de lo que tengo entre manos. Otras hierbas: buscar huecos en la agenda, organizar viajes, pedir hora para las vacunas, contestar el correo (los peor parados siempre: los amigos). Preparar envíos para el correo del sábado. Montar el puzzle del horario de las canguros. Confundir los horarios, las canguros, los días (mi despiste aún no está tan domesticado como debiera). Leer algo, a salto de mata, maldiciendo la falta de tiempo. El regreso de los niños. Adrián me cuenta qué ha comido en el cole. "Hamburguesa con las manos", dice siempre (sólo de tarde en tarde es verdad, claro). Esponjas, champú, patos de goma de color fucsia. Cena, conversación minimalista. Últimos juegos entre el cansancio. Último biberón. Cuento, el de siempre, sin cambios, por enésima vez. Los muñecos también se meten en la cama, también se tapan, también están cansados. Silencio. Escritura plácida, relajada. Un par de horas, como mucho. Los últimos minutos del día refugiada en un libro ajeno. Disfrutar de la tranquilidad efímera. Desear que el bebé no se despierte. Programar el despertador para el día siguiente.

20 comentarios:

cristian dijo...

No parece buen momento para pedirte que me adoptes, ¿verdad?

Miguel Ángel Muñoz dijo...

El caso es que conozco una historia parecida a esa... ¿Es posible que no sea un plagio?

Anónimo dijo...

Ánimo con ello.

Anónimo dijo...

Si te vale de consuelo yo no tengo canguros y sí un trabajo de 8:00 a 17:30 (+traslados). Tampoco tengo abuelos a mano, ni chica en casa que ayude...

Y sí tengo todo lo que tú tienes qué hacer (vacunas, nenes, agendas, un trabajo de responsabiliad... lavadoras, plancha, cocina -al menos microondas, seamos justas con el lenguaje...-...).

Un detalle: No me puedo sentar en el metro (a las horas que voy sí hay asientos libres), porque si me siento, ¡me derrumbo! -No es que me duerma, simplemente se me cierran los ojos y empiezo a "ver cosas como en sueños"-.

No sé qué es leer en casa (leo en los diversos transportes públicos), no sé qué es vivir...

Y ahora ¿tengo que decir que la maternidad es lo mejor del mundo y lo mejor que me ha pasado en la vida? ¿tengo que leer en la prensa gilipolleces de conciliación de vida personal y profesional?...

Lo mío sí es una vida minimalista (todo es mini).

Care, no te quejes. Te tiraré de las orejas cuando te vea...

Care dijo...

Qué generación de estragadas, qué lástima.

Anónimo dijo...

Como siempre llego tarde incluso a la cita diaria con tu blog, hoy es martes, claro. Pero no me resisto a decirte que todo lo que haces, todo, tiene más valor sólo por esto, por todo esto, que es mucho. Y sí que puedes quejarte, aunque todos y todas (más las todas) te digamos que eres casi perfecta, una madraza, una estupendísima cocinera, una maravillosa conversadora, una amiga única... y no olvidemos que eres una escritora con mayúsculas. Te ha tocado ser mujer en un tiempo muy gratificante pero muy difícil porque tenemos que pelearlo más, pelearnos con nosotras mismas incluso, para que no nos remuerda la conciencia tener alguna ambición, o simplemente alguna prioridad. Ánimo, cariño.
Posdata: frente al televisor mientras cambiaba de canal, encontré a Marta Sánchez que terminaba la interpretación de una canción. El presentador se le acerca y tras unos cuantos piropos le dice qué cómo está su niña. Fiebre, tiene fiebre, responde ella mordiéndose un poco el labio, pero es vírico no hay que preocuparse, le he dado apiretal y aquí estoy... Ya no era cantante, ni señora estupenda, alguien le (nos) recordó, nuestro primer papel, aunque nos empeñemos en recordarle al mundo que no es el único.

Anónimo dijo...

Curioso... me suena ese "día cualquiera". Incluso diría, leyendo, que a menudo me encuentro inmerso en una vorágine parecida. Pero luego, cuando leo con más detenimiento, me doy cuenta de que no salgo en ese "día cualquiera". Lo habré soñado?

cristian dijo...

Nane, consideras que el primer papel de la mujer es el de madre? Interesante opinión. Nos llevaría al tema de los papeles, las funciones, los roles. ¿Cómo se establecen?

Pongames esa misma: la principal función de la mujer es la de ser madre.
¿Qué ha llevado a crear esta casi igualación entre mujer-madre? Toda mujer es una madre.

Me parece que no hay una asociación equivalente. No hay hombre-padre (excepto el de Roma, aunque al ser asexuado su relación con nuestra madre es más la de San José con su esposa. El Santo Padre, no es nuestro padre. En todo caso, padre putativo, como San José. ¿Cuándo comenzará a enseñarnos carpintería?)
Hay hombre-administrador, hombre-maestro, hombre-dictador (esto es parecido a un padre)... Los roles del hombre.

Los roles principales del hombre. El secundario es el de padre. Como padre también será administrador, maestro, dictador... No dejará de admitirséle los papeles principales como casi la totalidad del secundario. ¿Cómo se ha llegado a que la relación padre-hijo sea practicamente igual a la relación hombre-sociedad?

Según toda esta ida de olla, a la mujer le ha ocurrido a la inversa. La relación madre-hijo es diferente a la de mujer-sociedad.

¿Por qué estas cosas? Vale. Porque es una sociedad en la que los roles se han marcado así. La función principal del hombre está relacionada para con la sociedad y la de la mujer con la família.

¿Y eso?

Eso ya no. Desde la Thatcher que no se ve así. ¿Podría haberlo hecho mejor? Puede. ¿Si se hubiera dedicado a la família, no habría habido tanto desempleo en UK ni tanto jaleo como hubo en Irlanda? Quién sabe? Lo importante es que esa mujer sexy demostró que mujer no era igual a madre.

Entonces, hombre podría ser padre.

¿Qué hace, pues, que todavía se perciba lo mismo? El sexo. La extraña relación entre Dios-San José-la Virgén María-Jesús. En el fondo la palabra padre va unida a San José (padre que no es el padre; mejor ejemplo el caso del Santo Padre), pero el padre era Dios (un padre que se desentiende. O lo crió a medias con San José? Menudo lío para el chaval. Jugando a futbol con sus dos padres, el verdadero diciendo "pásamela a mí, no al cornudo" y el niño "no te veo" y se le pasa a José. A José le ve y le puede abrazar tras un golazo)

La Virgen María no hay líos. Es la madre. Ella cuidaría del niño. No me consta ningún partido entre María, Jesús y la Diosa Madre.

Y en todo esto no hubo sexo. El hecho importante, lo que hizo de María madre, fue el parto. De aquí, diría, que la mujer sea madre y el hombre-un padastro.

El día que podamos parir y nazca un Mesías de manera Inmaculada del parto de un hombre. Después de miles de años, los papeles se habrán igualado o dado la vuelta.

Anónimo dijo...

Cristian, estoy contigo en cuasi todo. Me ha gustado mucho tu disquisición histórico religiosa del origen de los roles.

Han programado a las mujeres (cultura, familia, historia...) para que "la familia -y los hijos sobre todo- sea lo más importante de sus vidas".

Y cuando hay una fallo en el programa y para una es TAN importante el trabajo, como los hijos, como los hobbies, como la pareja... ¡Ah! ¡Entonces eres una egoista y es una pena que no puedas dedicar más tiempo -¡más aún!- a tus hijos!

Las consecuencias de esta educación son que, por ejemplo, haya menos mujeres en puestos de responsabilidad (¿el techo de cristal?), que cobren menos, que no tengan ambición, que vivan de "puertas adentro"... Son consecuencias micro y macroeconómicas.

Y las causas son obvias: ¡Alguien tenía que ocuparse de los hijos en el pasado! Después de todo son el futuro de nuestra especie...

Si digo que la maternidad, hoy hoy es un tipo de esclavitud (correr, vacunas, cacas, biberones, no dormir...), y las satisfacciones que ofrece (una sonrisa, un abrazo que te dan, ver crecer-evolucionar-convertirse en persona...) no compensan los recursos que inviertes en ella; todos os llevaréis las manos a la cabeza.

Pero ¿por qué?... ¿Por qué no son igual de importantes otros aspectos de la vida para las mujeres? ¿Por qué el sacrificio de todos esos otros aspectos se da por normal, se sobrevalora y alaba?...

No lo entiendo.

(Bueno sinceramente, chicos, sí que lo entiendo, pero me fastidia mucho, y cuando lo veo a mi alrededor, me enerva que las mujeres sigamos "sacrificando" toda nuestra vida por los hijos y nos lo aplaudan, y los hombres NO. Pero, también creo que esto se discute mejor frente a un café, una coca cola o algo alcohólico, y no en un comentario tan laargo que os acabará aburriendo).

Care dijo...

No es la cultura, sino nuestra condición dentro de la especie humana la que nos hace ser madres por encima de cualquier otra cosa, sobre todo durante un tiempo de nuestra vida. Para eso servimos. Para ser primero, madres. Luego, todo lo demás.

Anónimo dijo...

Siempre estás, Caballero de Olmedo. Dentro y fuera. A mi lado.

Anónimo dijo...

Soy mujer, y madre, Cristian, y he pensado mucho tras leer tu comentario. Hay ya mucho escrito sobre esto, la mujer simboliza el ámbito privado, el familiar, y no es casualidad que todas las funciones que realiza no estén para nada valoradas. El cuidado de los pequeños, y de los mayores, la organización de la casa y la realización de todas las tareas que eso conlleva. Y, nada de eso se valora porque no se paga. Pero ahora nosotras trabajamos también, fuera de casa, se nos reconoce y se nos remunera. Pero no nos engañemos poco ha cambiado aún. El hombre sale de casa, unas horas, un día, una semana, un mes, y no pasa nada. Nosotras comemos fuera y dejamos preparada la de lal familia, la cena tanteada, la ropa de los baños lista, comprobamos que los babis del colegio estén limpios, que el chándal del niño esté planchado porque mañana toca educación física. Y no hablemos de lo que hacemos para cuadrar unos días fuera, aunque quien se quede se encargue de todo lo demás. Soy profesora, escritora, ama de mi casa, amiga, hermana, hija, esposa y madre, y no precisamente en ese orden. La vida.

cristian dijo...

Ahí está la cosa. Las mujeres tenéis un servicio. El hombre no. Y eso se debe, sin duda, vamos, ninguna, al rol de San José.

El hombre no puede ser Jesús, nacer de la misma manera (vestir parecido, sí. Curiosamente muchos gurús cuentistas se visten así, incluso imitan representaciones icónicas. No si iba a ir Jesús con esa cara de alelado tan poco natural. No le hubiera tomado en serio nadie. Sin embargo, es curioso que a un gurú de estos se le crea cuanta más cara de flipado ponga, moviéndose como se movería un cuadro (una representación de Cristo, claro, si es de los que le copian el look aunque no lo admitan), cada vez que habla en público. Total, que para hacer creible que su reino tampoco no es de este mundo es necesario simular no estar muy aquí. Jesús estaba para allá si esos gurús son ejemplo de iluminado)

Que me enrollaba y no me gusta hacerlo.

El hombre, decía, no puede ser Jesús. Tampoco padre. ¿Qué le queda? Papeles secundarios: el romano de la lanza, un árbol, apóstol, Pilatos, Caifas...

La mujer, entonces, podría explicarse como madre, ¿y el hombre? ¿como lanzero? Es posible.

No sé. Que me falla algo (además de las neuronas) en esta parida. Los dioses clásicos daban a luz por la cabeza. Vale, es imposible y pagano pero al menos permite al hombre ser padre. Lo otro sí es lógico (Dios que deja embarazada sin pecar a María quien tiene al mismo Dios pero tampoco pero sí), creíble, civilizado y, encima, deja al padre sin sentido.

Osti, crea primero al hombre, le deja poner nombre a los animales. Luego le hace esto? Grrr

No nos olvidemos de Abraham. Otra mala experiencia padre-hijo, Dios mediante. Y la cabronada a Moisés "Tú función, Moisés, la Tierra Prometida, pero no entrarás" Pero de qué va? Para mi que Dios está enamorado de Eva y quiere eliminar a Adán. Dios es Saturno pero sólo con los tíos. Se como a sus hijos varones. Que sí. Que el tiempo sienta mejor a las mujeres.

La gracia es que todo es, en cierta manera, ficción. Miramos según conocemos y mucho de lo que conocemos es imaginación. ¿Qué es una civilización? Algo que crece según unas señales de dirección, más o menos, compartidas. Colocadas de manera invisible como invisibles señales de Dios en el origen de la pregunta hacia dónde. Y allá fuimos: Expulsados del Paraiso, ¿no es eso también Platón? Pues venga, si puede serlo que lo sea (es bueno el principio de autoridad) ¿no es el Paraíso la infancia? (doctor Freud, ¿qué hace por aquí?) La expulsión del Paraiso está en todas partes y, lo que yo digo con voz bíblica, es que se nos ocurrió lo del Paraiso como se nos podría haber ocurrido otra cosa.

Pero tenmos la expulsión de las narices. Y San José.

Esto es lo que digo:
San José, el hombre, es Adán expulsado y Moisés sin acceso. La mujer fue María y no se le prohibió entrar en la Tierra Prometida.

Y:
Menos mal que surgió esa belleza, la Thatcher sin estar previsto. Margaret Thatcher, recuperó para el hombre su sentido: el de esclavo.
Me hizo entender porqué Moisés no pudo acabar siendo feliz, porque el hombre no puede dar a luz (ser padre, máximo ser San José) excepto si es acomodador. Adán y la serpiente eran el mismo: el diablo es el hombre y es cración de Dios a su imagen, Dios es el diablo. La mujer es el intento de Dios de ponerse fin a si mismo, a su parte maligna. La mujer tiene la función principal de ser madre y de suprimir lo diabólico que hay en Dios. Debe exorcizar al hombre para que vuelva a ser Dios. La función principal del hombre es recuperar su divinidad y eso no es posible sin la mujer, sin el amor, sin el ritual de exorcismo. Dios, cuánto deseaba arrastrarme cerca de los pies de Margaret Thatcer, lamer sus zapatos y que me pisoteara. Que pusiera su pie sobre la nuca de esta miserable serpiente, dejará caer el peso...

Y, finalmente, pregunto:
¿Hay voluntarias?

cristian dijo...

Ostras nane,

Estaba respondiendo a partir de anónima y Care, alternándo con otras cosas. No estaba lo tuyo.

Mi intención no era abrir un debate, sólo jugar escribiendo bobadas que puedan interpretarse de muchas maneras. ¿Qué defiende? ¿A favor de qué está? ¿De la integración de la mujer en el trabajo o es un texto machista? Ni una cosa ni la otra, es una bobada porque está pensado de manera literal, tomándose en serio las chorradas más destacadas.

Alguien que creyera de verdad en todo eso de los hombres como San José, no estaría a favor ni en contra. Habría expuesto, sin enjuiciar, lo que es él (extendiéndolo a los otros varones) en relación a la família.

Alguien con esas ralladuras, no estaría opinando, estaría mostrando, como dices, la vida. La que él ve.

Imaginé que pensarías que era una respuesta a tí. No, no. Utilicé esa parte de tu comentario para dejar ir las manos. A partir de "Interesante" ya no hablo a nadie en concreto. "Interesante" incluso, es un ánimo porque dudo si comenzar a llenar el espacio del comentario dentro del blog de Care con lo que se me va ocurriendo. Es aquello, he de escribirlo, ¿lo hago aquí? ¿se enfadará Care? Pienso: no creo, a lo mejor hace que la gente que quiera también se suelte un poco. Me refiero a que podemos jugar en las respuestas, en los comentarios. Podemos responder desde la ficción también.

No sé si habría sido más claro de haber escrito " Nane, consideras que el primer papel de la mujer es el de madre? Muchas gracias. Interesante opinión."

Gracias por que se me empezó a disparar las asociaciones y la idea esta sobre cómo influirian en alguien que las tuviera.

La intención no era hacer debate, si queréis se hace. Alguna voluntaria que me pegue, mientras?

Anónimo dijo...

No defiendo nada, sólo manifestaba mis inquietudes en este espacio libre. De todas formas yo también cogí sólo lo que me interesó de tu comentario, el resto era demasiado exótico para mí. Por cierto que tu fijación con la Ministra de Hierro deberías tratártela, tiene cura, seguro.

cristian dijo...

No es fijación, es amor.
No comprendo porque debo curarme simplemente por criterios particulares respecto a lo exótico. Incluso podría decir que esta postura, la de dictar recetas a lo que a uno le sorprende (¿amor por la Thatcher? imposible) es la que debería mejorarse, también tiene cura.

¿Cómo se hace eso de pensar mucho tras leer algo y luego convertir la profunda reflexión en una nadería? Es una actitud exótica, supongo. Todavía evaluo si te conviene tratamiento.

Anónimo dijo...

Uf, chicos... qué alturas ideológicas. Cómo me gusta.

Anónimo dijo...

Me conviene tratamiento, seguro. No hay que decirle nunca a los demás lo que debe gustarles, en ningún sentido. Y una cosa con lo de convertir una profunda reflexión en nadería, no sé si quieres ofenderme, no lo consigues y además, quiero presuponer que este pique dialéctico va a quedar sólo en eso y ya es hora de enterrar nuestra particular hacha de guerra. Soy profesora de Ética y de Filosofía, así que empezaré por practicar yo con el ejemplo. Me equivoqué.

cristian dijo...

Presupones bien Nane.
Has sido un buen ejemplo de cómo actuar ante lo que uno considera ofensivo. Me equivoqué al no hacerlo del mismo modo.

Enterrada el hacha de guerra, olvidando el lugar (no lo aprendido), regresando al poblado para la parte final del rito: compartir la celebración de la paz. Mañana amanecerá de nuevo, sin guerra y con un poco más de aprendizaje.

Anónimo dijo...

Pues sí Cristian no olvidaré lo aprendido. Celebro contigo el poder manifestar una opinión, en un lugar como tan peculiar como éste. A veces con las palabras más sencillas se dicen las cosas más interesantes. Y vuelve a salir el sol.