Los humanos necesitamos sentir que vamos hacia alguna parte. Siempre he pensado que, en el fondo, la vida sedentaria va contra nuestra naturalera y acelera el envejecimiento. ¿No dijo Einstein que la velocidad enlentece el tiempo?
* * *
¿Por qué viajamos? No hay una única respuesta: viajamos para desentumecer las piernas y las ideas, para aprender, parta descubrir el mundo y a nosotros mismos, para conocer gente, por el placer de volver, para relatar —y exagerar— aventuras lejanas, por el gusto de descansar después de la travesía, por aburrimiento, por capricho, por temeridad, para ampliar horizontes y vaciar bolsillos, para vencer el miedo, la monotonía, la uniformidad...
Francesc Miralles, Cafè balcànic (Llibres de l'Índex, 2004)
Esta noche, amigos navegantes, dormiré en Roma.
¿Para qué este nuevo viaje? Pocas veces lo tengo tan claro: para ver a una de las personas a quien más quiero del mundo. Para dejar de ver a la persona a quien más quiero del mundo.
7 comentarios:
Bon voyage... *
Gustoso me iría contigo a Roma, vampirísima.
Take Care of you...
Ya está bien de darnos envidia a tus lectores, con el mono que tengo yo de viajar y tu que si Pensilvania, que si Roma, lo que daría por coger una avión a donde sea, no puedo más.
Besos.
Pilar
Care, que envidia que nos das. Aqui los estudiantes con los finales, estudiando al calorcito abrasador de Zaragoza, tu dejandote morder y cogiendo un avion tras otro...
Que envidia, que envidia...
Besos!
Por cierto, no tienes tu otro blog "pideme la luna" algo abandonado?
Cada opalabra tuya, cada palabra, tiene tanto significado que me asusta tu capacidad para decir tanto con tan poco.
Soy tan torpe que he olvidado decirte que le digas a esa persona a la que yo también quiero desde hace el mismo tiempo que tú y con la misma intensidad, que no lo dude, que lo quiero y que Segovia podría esperarle a él también.
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