29 de junio de 2007

De Allegro ma non troppo, Carlo M. Cipolla

La Primera Ley Fundamental de la estupidez humana afirma sin ambigüedad que:

Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

(Los autores del Antiguo Testamento eran conscientes de la existencia de la Primera Ley Fundamental, y la parafrasearon al afirmar que "stultorum infinitus est numerus", pero cometieron una exageración poética. El número de personas estúpidas no puerde ser infinito porque el número de personas es finito.)

(...)

La Tercera Ley Fundamental presupone que todos los seres humanos están incluidos en una de estas cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos.

Esta misma ley aclara explícitamente que:

Una persona estúpida es aquella que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué te parece la etiqueta que os han colgado de Generación Nocilla? Por cierto, ¿habéis llegado a alguna conclusión en el Congreso?

luisveagarcia.blogia.com

Anónimo dijo...

Te faltó decir cuál es la segunda ley fundamental de la estupidez humana, y no sé cuantas más, porque el tema da para un mamotreto.
Un beso.

Anónimo dijo...

Ya es mala pata llamarse Cipolla, pues si le quitas el "ci" se queda en...

Simeón

Anónimo dijo...

Ya es mala pata llamarse Simeón, pues si le quitas el "si" se queda en...

Anónimo dijo...

Ya es mala pata llamarse (o ser) anónimo, pues si le quitas el "nimo" se queda en...

Simeón

Anónimo dijo...

Jajaja Muy bueno Simeón

Anónimo

Anónimo dijo...

Luego, lógica aristotélica: unlector, de la entrada del martes, es un estúpido total.