...una tormenta me retrasó al caer la tarde y
llegué pasadas las nueve y media, cuando no quedaba un solo paso franco en toda
la muralla. De modo que tuve que pernoctar en una de esas fondas que socorren a
los viajeros rezagados a las puertas de la ciudad.
No quise cenar. Dormí, pero con
un sueño inquieto. Muchas veces me asomé a la ventana para contemplar a los
centinelas en su guardia nocturna. Muchas veces recordé las palabras de Robles,
deseé volver sobre mis pasos, me arrepentí de estar allí. Me pregunté sin
descanso si habría algún hueco para mí en aquella ciudad que ya no conocía. Al
amanecer, lúcido de pronto y más cansado que nunca, decidí que sólo había un
modo de comprobarlo.
4 comentarios:
Me gusta ese adelanto :).
Care, llegamos a... ¡los 2 patitos!
A mí también me gusta el adelanto :D
Un saludo biblófilo.
P.D.: ¡Ya queda menos! "¡Yeah!"
Me ha gustado mucho esta primicia Care. deseando que llegue la fecha de publicación!!
Un abrazo!
¡Estoy nimpaciente por empezar a leerla!
Saludos cartageneros ;)
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