
En realidad, esto sólo era una excusa para recomendaros la última novela de Óscar, Inquietud en el Paraíso (Ediciones del Viento). Podría destacaros muchas cosas de ella —su inteligencia, su magnífico uso del idioma, su sentido del humor...— pero me quedo con la habilidad del autor para describir personajes y urdir situaciones. Unos y otras son estupendos. Sería un buen (auto) regalo de Reyes.
Por cierto, y hablando de literatura, aprovecho para recomendaros el sello editorial donde se ha publicado, Ediciones del Viento. Es una editorial independiente, con sede en A Coruña, dirigida con valentía y muy buen gusto por Eduardo Riestra. Su catálogo ya incluye nombres como Evelyn Waugh, Michio Takeyama, Jules Verne, Somerset Maugham o Arthur Conan Doyle. Y los libros son, sencillamente, preciosos, una delicia para la lectura.
7 comentarios:
Me resulta admirable ver que no paras de trabajar ni en días festivos. Irás al infierno por no respetar los días del Señor, pero no sin haber gozado de las mieles del paraíso literario.
Soy adicta a esta máquina, sí. Aunque lo doy por bien empleado: seguro que el infierno está más animado que el cielo. Y lleno de amiguitos interesantes.
Fantástico!
Me alegro por Óscar.
Sí, sí, me (auto)regalaré para Reyes su novela.
Ayer adquirí el libro de Óscar. No lo robé. Me gusta robar libros pero no los de las personas con las cuales el trato y el aprecio han venido a la vez. También me tomé, esta vez gratis, un Kawabata y un Lao She. A estos dos les tengo aprecio sin haberlos conocido, difícil que ocurra.
El inicio de la novela tiene muy buena pinta (cercano el golpe de Estado de 1936; ciudad de Burgos y la exposición de una curiosa teoría sobre "La Divina Comedia")
Me uno a los comentarios de Care
Care, nuca te robaría libros, los tuyos me refiero. Otra cosa sería que quisieras que sustrajera alguno determinado como favor. Ningún problema. Me lo dices.
¡Acabo de acordarme! Si lo que acabo de escribir ya lo sabías, si os traje tres incunables -dos para tí y uno para Deni- de la Biblioteca del Vaticano. Estoy perdiendo memoria...¿o me la están robando?
Todo un arte eso del robo de libros. Debería ser deporte olímpico.
Pues sí, César. Al atleta que se le detecte un exceso de dopamina le invalidaría por dopaje: roba libros principalmente para sentir riesgo. Permitiéndolo, los diferentes nobles motivos de este arte se embrutecerían. Si esto ocurriera...¿a dónde podríamos llegar? ¿a robar Paolos Coelhos? Brr, ¡tiemblo de pensarlo!
Bonito blog con bonito título, "La fraternidad de Babel", felicidades.
¿Qué amante d ela lectura no ha robado libros alguna vez?. En mi caso lo hacía de niño, en la librería del barrio, donde me conocían. Llegué a tener una colección entera librito a librito. Llegaron una veza registrarme incluso, pero nada, aguanté estoico porque aquel día no vi una presa fácil.
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