
Transcribo el final de un correo electrónico que me envía una colega, amiga y excelente escritora (además de insultantemente joven) después de una cena familiar soporífera de la que le fue imposible escapar:
Tiene razón: todos tenemos un marido de la tía Amparo en la familia y ese tipo de preguntas estúpidas son frecuentes. Lo cual me lleva, en una natural concatenación de ideas, a recordar una frase de Albert Einstein:Sólo son infinitas dos cosas: el Universo y la estupidez humana.
Y no estoy seguro de lo primero.
7 comentarios:
Creo que era Cicerón quien ya hablaba de la infinita cantidad de necios. Y eso que en aquellos tiempos gran parte del planeta no era conocido por occidente y parte de lo conocido estaba habitado por bárbaros (estos últimos, imagino, al margen de la estupidez)
¿Conoces el estudio de Carlo Cipolla sobre la estupidez? Tiene leyes y todo.
Según Cipolla, la persona estúpida es aquella que causa daño a los demás y a sí misma o, si tiene suerte, no recibe perjuicio. A los demás siempre les fastidia.
No sabe que es estúpido y su comportamiento ni se puede corregir ni predecir ni comprender. Por eso es tan peligroso.
Mucho más que la persona malvada. El malvado daña a los demás para beneficiarse pero con lógica, posibilitando defensas. Algo casi imposible con la estúpida. La única explicación para lo que hace (perjudicar y perjudicarse) es que es estúpida.
El inteligente (mejora él y a los demás), el malvado o el desgraciado (beneficia a los otros, pierde él) pueden variar: el malvado puede comportarse como inteligente etc.
El estúpido sólo puede ser estúpido.
En cuanto a las leyes, la primera es que subestimamos el número de estúpidos que circulan por ahí. Por tanto, infinito es una cantidad quizás demasiado amable para con la realidad.
El tema puede dar mucho juego, como el de lo cursi.
El marido de la tía Amparo, ¿qué habría hecho si tu amiga le hubiera dicho que conoces a Antonio Gala? ¿Sabe el marido de la tía Amparo que a Antonio Gala no le cae bien precisamente?
En el futuro sólo se recordará el siglo XX por esta frase de Einstein (junto a aquella otra de "¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?" de Mae West) :D
Y estoy de acuerdo, lo maridos de la tía Amparo están por todas partes, acechando en la esquina de la mesa para preguntarte por el código davinchi (aunque ni siquiera seas escritor, lo cual no deja de ser surrealista).
Por desgracia, muchos mueren atragantados con su propio cigarrillo antes de poder expresar su opinión acerca del señor Gala...
Sí, sí, esa clase de gilipollas es muy irritante. Pero hay algo peor: el que te dice: "Así que eres escritor, ¿eh? Oye, pues tengo un montón de ideas cojonundas para cien novelas, lo que pasa es que no me da por escribirlas; pero como tú te dedicas a eso, te las cuento y vamos a medias".
Y lo dicen en serio. Y a mí me entran unas ganas enormes de replicar: "Tus ideas probablemente sean una mierda, capullo; pero, aunque no fuese así, a mí lo que me sobran son ideas, y lo que me falta es tiempo para escribirlas todas".
Una variante de esto es el tipo/a que, al enterarse de que eres escritor, te ofrece su vida, o la de algún conocido, como argumento. La diferencia es que, ocasionalmente, esas vidas sí que tienen algún interés.
Ultimamente, además se puede observar un fenómeno de lo más curioso: la globalización de la estupidez o estupidez de redundancia cíclica a un nivel planetario.
Antes se podían encontrar necios peculiares, algunos incluso graciosos. Pero hoy en día existe una especie de “modelo para armar” del estúpido estándar, chascarrillos incluidos. Así que si los estúpidos jamás se sintieron solos ahora están más hermanados que nunca.
Estooooo.... soy el tonto... ¿vais o no vais a escribir otro código divinchi guay?... jolín. Y de don Antonio Gala no burlaros, que el pobre ha hecho to'lo que ha podido y a mi me gustaban mucho sus "masajes con finuras" de la tele, ¿sus acordáis?
ABUNDIO ABUNDO
Jaja, me uno a la primera duda de Abundio. Es más, propongo escribirlo de manera colectiva (Abundio, espero tu participación) ¿Qué sale bien? Nos forramos.
Apunto una idea:
Los versos de José Ángel Buesa siguen un código cursi. Un tal Antonio Laga consigue descifrarlo.
Si es posible, que aparezcan muchos pechos, muchos, muchos pechos. Montones de pechos.
También Leonor Watling. Estará en peligro. La salvaré. Nos enamoraremos. Felices para siempre. ¿Qué ocurre con Antonio Laga? Ni idea. Sólo existimos Leonor y yo.
Cristian: acerca de los malos y los bobos, mi abuelo solía deir: Denme antes a un malo que a un tonto. Por lo menos, con el malo, podremos llegar a un acuerdo.
J. Esteban, Felideus: Creo que ambos habláis con mucha razón de esa aldea global de la gilipollez. Horror. Paren el mundo, que me bajo, que dijo uno que yo me sé.
Me voy a dormir amigos. Mañana, más y (por lo menos lo intentaré) mejor.
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