2 de enero de 2006

De la diabólica manía de escribir

Paul Auster:
Escribir es una actividad que parezco necesitar para sobrevivir. Me siento muy mal cuando no lo hago. No es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor cuando no escribo.

Martin Amis otra vez:
Tras los primero días de creación (una vez se ha dado vida a diversas corazonadas e impresiones) escribir sólo consiste en tomar decisiones. Después de las grandes, las medianas; luego, las pequeñas. Montones de pequeñas decisiones, 200 o 300 por página.

11 comentarios:

darkverzight dijo...

Escribir nos da vida.
Y supongo que nos permite decir todo todo lo que queremos. Y nadie nos va a juzgar por ello:-P
Supongo que por eso escribir es tan necesario...
¡Feliz año Care!

B. Llamero dijo...

Respecto al primer párrafo, yo lo percibo con otro matiz, muy leve: escribir es una actividad que parezco necesitar para jutificar mi existencia. Cuando no lo hago, aunque haga otras mil cosas, más o menos útiles, me siento un parásito.

Anónimo dijo...

Podemos pensar nuestras emociones y escribirlas. También sentir nuestros pensamientos y del mismo modo proceder; pero siempre será porque la palabra se habrá dejado, porque habrá fluido para nosotros.
"LA poesía se escribe cuando ella quiere no cuando tú quieres"( José Hierro.
Ahora te dejo que me voy con Alex e Irina. Ya te contaré porque ellos dos también aman la literatura como nosotros y los he dejado en un mal momento.

Tuyo,


Jesús

Ladynere dijo...

Escribir es un acto muy privado. Es como un pequeño secreto, que nos quema, que llevamos dentro, y que nos ayuda. La literatura y la escritura van unidas, son la misma cosa, vista desde dos puntos de vista. No puede haber una sin otra, asi como al leer, no podemos resistirnos a escribir.

Care dijo...

Yo no me siento una parásita si no escribo, amigo llamero, más bien me siento como si me faltara el aire. Una amiga (editora, pero de las buenas) me dijo el mismo día que abrí este blog algo que tomé por un cumplido: «para ti escribir es como respirar». Pues eso.
Jesús: Ya me contarás donde te llevan Álex e Irina. Ojalá que al terreno de las emociones perdurables.
Ladynere: Escribir es un acto privado pero a veces, para algunos, se vuelve público. Todo un contrasentido. Lo único que he aprendido en todo este tiempo es que sólo hay que escribir aquello que no puedes evitar callar.

César dijo...

Sólo un momento para saludar y para proclamar que, en lo que a mí respecta, cuando más parásito me siento es precisamente cuando escribo.

César dijo...

Quería añadir algo acerca de los escritores y nuestra tendencia a sacralizar lo que hacemos, pero sería un comentario demasiado largo, así que lo haré en mi blog. No obstante, adelantaré que soy ateo, tanto en materia religiosa como literaria.

Anónimo dijo...

al margen de si te sientes parásito o no. Hay dos tipos de escritores creo (es una forma entomológica de clasificarlos, como cualquier otra): los que sufre escribiendo y los que no. Hay quienes obtienen un placer inmenso en el acto de escribir. Que lo disfrutan plenamente, en todas sus fases, aunque unas más que otras. Los otros son los que se tienen que enfrentar a la pagina en blanco, los que sufren por cada detalle, grande o pequeño. Es una condena, porque cuando terminen, aunque llenos, vuelven a sentirse vacios, y es otra vez empezar. El suplicio de tántalo, vamos. No se si habéis leido las cartas de flaubert a una amiga mientras escribia M. Bovary. La verdad, que mal lo pasaba.
Y vosotros, ¿en que lado de la raya os situáis? ¿Paraíso o infierno?

César dijo...

Infierno, me temo...

Anónimo dijo...

¿Y tu Care? ¿Y el resto de los tertulianos?

Anónimo dijo...

Y hablando del oficio de escribir. ¿Tenéis alguna pauta habitual de trabajo, o es diferente dependiendo de la obra?.
¿Qué es lo más dificil o sencillo, u os cuesta más y menos, a la hora de escribir una novela?.
¿Y el resultado final, se acerca a los esperado en primer momento o es un hijo que asombre?.
Disculpad el aluvión de preguntas, pero me reconozco un morboso acerca del oficio de escribir. Me encanta saber las manías, aptitudes, ceremonias, y hábitos sobre la construcción y escritura de una novela.