30 de junio de 2006
29 de junio de 2006
Los pies de la fama
La fama es algo tan efímero que conviene dejar la propia impronta sobre cemento, no vaya a ser que el mundo se olvide de nosotros antes de lo que tarda en amarillear el papel de periódico.
Eso lo saben muy bien en Hollywood, donde a las estrellas merecedoras de un huequito en la Avenida de la Fama las obligan a firmar sobre cemento fresco a la vez que dejan sus huellas (manos y pies, aunque los hay creativos que añaden algo más, como Whoopy Goldberg, que dejó unas trenzas) para que la posteridad las pisotee a su antojo. Así el resto de mortales tenemos la ocasión de comparar nuestra pisada con la de, por ejemplo, Harrison Ford o Charles Laughton. Y cito sólo caballeros porque la comparación de mi número 42 con el delicado pie de muñeca Barbie de Ava Gardner, Bette Davies o Jean Simmons me sumió en una meditación conclusiva. Esto es: si el talento encima de un escenario es inversamente proporcional al tamaño del pie, ya sé por qué mi profesor de interpretación me convenció para que fuera regidora del espectáculo que preparábamos (nada más y nada menos que Arlequín, criado de dos amos, de Goldoni). En fin, crueldades o sabidurías de la naturaleza.
Lo que no deja de sorprenderme es que damiselas como las citadas, que pisaron por la vida tan fuerte, lo hicieran con tan pírrica extremidad.
* He aquí la foto que me hubiera abochornado a los 15 años: comparo el pie de la bella Gardner con mi barca.
* He aquí la foto que me hubiera abochornado a los 15 años: comparo el pie de la bella Gardner con mi barca.
28 de junio de 2006
Excursión a Hollywood (primera crónica)
Hoy he hecho algo que no pensé que haría: contarle a Derek Chan, el responsable de Digital Operations de Dreamworks, que la primera palabra que mi hijo Adrián (que entonces no llegaba a los 3 años) escribió fue, precisamente, el nombre de esta productora, fundada por Steven Spielberg y con sede en Hollywood donde, a la sazón, me hallo. Ya veis lo lejos que puedo traer mi pasión de madre.
¿Qué hago aquí? Pues se supone que escribir un reportaje para el suplemento Yo Dona, de El Mundo acerca del fascinante mundo de las nuevas tecnologías aplicadas al cine de animación. La realidad es otra: soy una espía enviada por mis hijos con la única misión de saber cuáles serán los personajes que les harán reír durante los próximos 4 o 5 años. Y como sé que en este blog entra mucha mamá y también mucho aficionado al cine, he decidido ampliar el número de mis informados. Allá voy.
Como sabéis, lo último de los creadores de Shrek se llama Over The Hedge. En España se estrenó el pasado 16 de junio con el sorprendente título de Vecinos invasores. Un mapache y una tortuga aliados en su lucha contra los residentes de una urbanización que han invadido su terreno. Los dos protagonistas en versión original son Bruce Willis y Garry Shandling. Si podéis, merece la pena verla sin doblar.
Flushed Away, el proyecto que se ultima en estos momentos, se estrenará (en España) la próxima Navidad. ¿Cómo será el sorprendente título hispánico? La historia ocurre en un mundo subterráneo construido con deshechos donde una rana, Toad, ejerce de mafioso y donde hay un par de ratones llamados Gilbert y Sullivan. Visualmente es muy atractiva, en la estela de Chiken Run y Wallace & Gromit (por cierto, el Oscar conseguido por Wallace & Gromit: Curse of the Were-Rabbit, emparejado con el que se llevó la primera Shrek, dan la bienvenida al visitante nada más entrar en los estudios).
Lo siguiente es Shrek The Third, la tercera entrega de la saga del ogro más famoso del cine, que incorpora personajes: el Rey Arturo, un menguado Merlín, Lancelot o diversas princesas clásicas -Blancanieves, Cenicienta, Rapunzel y Bella Durmiente- aliadas en la defensa de sus derechos. Nos han mostrado el storybord, las pruebas de color y de vestuario para los personajes y hasta el diseño de los tipos, entre los que habín un Shrek bebé. ¿Quiere eso decir que Fiona y Shrek van a ser papás? Ah, los de Dreamworks no sueltan prenda. Será la peli del verano de 2008.
Y seguimos. Bee Movie (juego de palabras entre abeja, bee y move, moverse, desplazar, pero también movie, película), una historia sobre abejas obreras que trabajan en una gran fábrica gris y subterránea, en contraposición al precioso y colorido mundo real, pero también la historia de un inconformista universitario en su lucha por cambiar de vida. El protagonista es Barry the Bee, con el actor Jerry Seinfeld de trasunto. Adam Matthew será Broderick y Reneé Zelweger, Vanessa, otras dos abejas del concurrido y tecnificado panal. Se estrenará en Estados Unidos el 2 de noviembre de 2008. Es decir, nuestros niños la verán un mes y medio más tarde.
Más aún: Kung Fu Panda. Ambientada en la china milenaria e inspirada en las películas de Kung Fu y Jackie Chan, es una aventura de animales que practican artes marciales. Lo gracioso es que Chan pretsa su voz y sus maneras a uno de los personajes, Monkey. El protagonista es un oso panda llamado Po (Jack Black) a quien acompañan una sensual y femenina serpiente llamada Viper (Lucy Liu), el tigre Tai Lung, la tortuga Oogway o el mapache Shifu. En este proyecto, que se estrenará en los USA en primavera del 2009, concentran actualmente los creativos de la productora todos sus esfuerzos.
La Navidad del 2009 veremos Monsters vs. Aliens (Monstruos contra aliens), una idea aún en desarrollo de la que apenas nos han enseñado algunos dibujos iniciales y una pequeña parte del storyboard: Niñas gigantes caminando sobre una autopista, monstruosos alienígenas que se acercan volando...
A partir de este título, la excursión por los pasillos y las estancias de Dreamworks, terminaba para mí y para los otros siete periodistas (malayos, chinos, japoneses y norteamericanos. En representación de Europa, yo misma) pero hay más, mucho más. Esta gente tiene la agenda llena hasta el 2011. De lo que sigue a los aliens y los monstruos, sólo tengo los títulos: Madagascar 2, Punk Farm, Shrek 4, Route 66, How to Train Your Dragon (Cómo entrenar a tu dragón, el libro puede leerse en edición española de SM), Rex Havoc, It Came From Earth! (Vino de la tierra!). En fin... que los 1.200 trabajadores que trabajan en Dreamworks tienen mucho que hacer.
Por cierto... un detallito. ¿A que no sabéis cuántas hojas hay en el seto que atraviesan los protagonistas de Vecinos Invasores? Yo sí. Doce millones. Colocadas ahí una por una, chicos. ¿Veis lo que se aprende viajando?
Hasta mañana, navegantes.
27 de junio de 2006
Mudanzas
El último atuendo que se deja es la vida.
Lo dice Pascal Quignard en La lección de música, un libro extraño, sutil, que me ha acompañado sólo una pequeña parte del viaje de hoy.
Para el resto, he contado con la muda compañía del paisaje: Inverness, Iceland, Groendlandia, Godthab, la Bahía de Baffin. Parece la toponimia de un sueño y sin embargo es real.
Dejo la fotografía para la vuelta. Revisitad esta entrada dentro de cuatro días y sabréis de qué hablo.
* Por cierto, Quignard es, gracias a Editorial Funambulista, un placer al alcance de cualquiera. La lección de música -me quedo con la tercera parte más que con las otras dos- y, sobre todo, La frontera.
26 de junio de 2006
Aviones
"No quiero irme porque no me gusta regresar", dice uno de los personajes de Los convidados de agosto, de Rosario Castellanos (lo prometo, algún día hablaré de ella).
A mí, ahora, vuelve a gustarme regresar.
"La vida toma aviones y se aleja", dice un verso de Eugenio Montejo. Yo voy en ellos. Esta noche dormiré en Los Angeles. Pensad en mí, navegantes, mañana no faltaré a la cita. Ya lo dije una vez: sólo la enorme distancia de la muerte me privará de escribir. Y ya veremos si se puede hacer algo.
25 de junio de 2006
Asun Balzola
Creo que es muy necesario el equilibrio entre la razón y el sentimiento, sin embargo lo que da interés a mi trabajo, sea para prensa, para publicidad, en el campo infantil, o en el literario, es la rapidez: una manera de sentir y de ver que se traduce en una ejecución veloz, directa, y que quizá por eso capta algo en el receptor que ‘funciona’ muy bien, pero el proceso preliminar al trazo puede ser muy lento, muy elaborado, o puede incluso quedar en suspenso, no llegar a su término.
Asun Balzola, la autora de estas palabras, murió hace tres días.
Los escritores que admiramos nunca mueren del todo.
Asun Balzola, la autora de estas palabras, murió hace tres días.
Los escritores que admiramos nunca mueren del todo.
Hoy mismo empezaré a leerle a mi hijo Guillermo, ratón de biblioteca. Si Adrián tuviera su propio blog, os recomendaría vivamente esa lectura. Yo lo hago en su nombre.
23 de junio de 2006
La saciedad
Vine a Granada con la excusa perfecta: hablar de relato breve con otros amigos afectos y adictos. En mi equipaje, ahora que me voy, recuento varios libros, diseminados entre mis cachivaches. Uno de ellos, Aforemas, de Miguel Ángel Arcas, contiene una exacta descripción del relato que me gustaría lograr cuando escribo:
Ser breve y saciar
Podría aplicarse también a este viaje y a la gente que he conocido en él.
22 de junio de 2006
Felicidad en clave
Según el protagonista de la novela corta de Henry James Diario de un hombre de cincuenta años, las claves de la felicidad son: gozar de buena salud, buena fortuna, una conciencia limpia y una ausencia total de parientes embarazosos.
Dado que sólo cumplo uno de los cuatro requisitos y que no soy un hombre de cincuenta años, aventuro mis cuatro claves de la felicidad (por orden de importancia): tener contigo a los que crees indispensables, tres o cuatro horas diarias de teclado y pantalla, que el director de tu oficina bancaria te tenga simpatía y no frecuentar hospitales.
Dado que sólo cumplo uno de los cuatro requisitos y que no soy un hombre de cincuenta años, aventuro mis cuatro claves de la felicidad (por orden de importancia): tener contigo a los que crees indispensables, tres o cuatro horas diarias de teclado y pantalla, que el director de tu oficina bancaria te tenga simpatía y no frecuentar hospitales.
Bueno, que sean cinco: compartir mesa y palabras con distintas personas en distintas ciudades del mundo. ES decir, que no falten amigos ni destinos. *
¿Cuáles son vuestras 5?
* Por ejemplo, esta noche: charlar con Antonio Caballero sobre la Alhambra y su historia, en Granada, frente a un par de cervezas.
21 de junio de 2006
Autorretrato (microcuento o así)
Tengo treinta y seis años y soy un estorbo para la evolución. He parido tres hijos, pero hace varios meses que desteté al pequeño.
Nunca fabriqué nada con las manos. No tallé, no modelé, ni siquiera podría cambiar un enchufe o desmontar un grifo.
Nunca hice una escudilla. O una mesa. Nunca mis manos domaron la madera o el barro. Ni ninguna otra cosa.
Fui doce meses presidenta de la comunidad de vecinos pero con eso no fue suficiente.
No soy capaz de matar un conejo. Ni un pollo. Incluso me conmueve ver colear a un besugo fuera del agua.
No conozco trucos ni pócimas capaces de sanar.
No aro la tierra. Jamás he sabido de la recolección. Ni del placer de ver crecer algo cuya semilla deposité en un surco.
Durante años me sentí orgullosa de desempeñar por gusto un oficio antiquísimo: proporcionar placer, y también ser capaz de recibirlo. Mas ya sé que tampoco en la cama soy insustituible.
De amor, mejor no hablo. No hay nada más inútil en la tierra que lo que no podemos retener.
De modo que lo único que tengo es mi tenacidad para unir noche y día una palabra a otra. Con ellas formo frases que a su vez forman párrafos que a su vez son historias, pero es algo que muchos otros logran, puede que con más suerte.
De modo que aquí estoy. Tengo treinta y seis años. No sirvo para nada
Nunca fabriqué nada con las manos. No tallé, no modelé, ni siquiera podría cambiar un enchufe o desmontar un grifo.
Nunca hice una escudilla. O una mesa. Nunca mis manos domaron la madera o el barro. Ni ninguna otra cosa.
Fui doce meses presidenta de la comunidad de vecinos pero con eso no fue suficiente.
No soy capaz de matar un conejo. Ni un pollo. Incluso me conmueve ver colear a un besugo fuera del agua.
No conozco trucos ni pócimas capaces de sanar.
No aro la tierra. Jamás he sabido de la recolección. Ni del placer de ver crecer algo cuya semilla deposité en un surco.
Durante años me sentí orgullosa de desempeñar por gusto un oficio antiquísimo: proporcionar placer, y también ser capaz de recibirlo. Mas ya sé que tampoco en la cama soy insustituible.
De amor, mejor no hablo. No hay nada más inútil en la tierra que lo que no podemos retener.
De modo que lo único que tengo es mi tenacidad para unir noche y día una palabra a otra. Con ellas formo frases que a su vez forman párrafos que a su vez son historias, pero es algo que muchos otros logran, puede que con más suerte.
De modo que aquí estoy. Tengo treinta y seis años. No sirvo para nada
20 de junio de 2006
Por qué no soy de fiar
19 de junio de 2006
18 de junio de 2006
Esa es la gracia
Es juego arriesgado tomar parte en la vida.
Cesare Pavese
Maternidad, Poesías completas
17 de junio de 2006
16 de junio de 2006
Balance
En el vuelo VY5159 Roma-Barcelona habrá una pasajera con un equipaje enorme: los pies molidos, el corazón recompuesto, algunas imágenes turbadoras (ah, Apolo y Daphne, la Piazza Navona, el perfil del Coliseo...), las palabras de Óscar a buen recaudo, una botella de vino y un libro con elefante.
¿Adivináis de quien se trata?
Tenéis cuatro días para pensarlo. No dejéis de volver con las respuestas, navegantes.
¿Adivináis de quien se trata?
Tenéis cuatro días para pensarlo. No dejéis de volver con las respuestas, navegantes.
15 de junio de 2006
Galleria Borghese. Sala III
¿De qué estamos hechos ahora tú y yo?
¿Estatuas o carne y huesos?
¿No te sorprende en ocasiones la fragilidad del mármol?
¿Podrá escuchar Apolo bajo la corteza del laurel latir el corazón de Daphne?
¿En algún momento nos detendremos, quietos como estatuas, y lloraremos como llora Proserpina?
¿Podrá escuchar Apolo bajo la corteza del laurel latir el corazón de Daphne?
¿En algún momento nos detendremos, quietos como estatuas, y lloraremos como llora Proserpina?
¿Y si nada fuera como nos hemos empeñado en verlo en los últimos días?
Dame la mano y corre tras de mí: no quiero convertirme en laurel lejos de tus brazos y tu rabia, amor mío. O, aún mejor, llévame contigo a la oscuridad, que siempre nos fue tan propicia.
14 de junio de 2006
Lux romae
Luce un sol radiante sobre Roma. Las gaviotas que sobrevuelan las piazzas no parecen necesitar el mar para nada. Los ángeles nos custodian allá donde vayamos. El óculo de El Panteón parece una salida hacia alguna parte.
Esta entrada de hoy está dedicada a Nane. Hay mucha luz aquí. Creo que tú sabes por qué. Contigo, habría más.
13 de junio de 2006
Pavese ahora no me conviene
No sé si por coherencia o por error, elijo a Cesare Pavese como compañero de este viaje Barcelona-Roma. En este momento, en el colmo del cosmopolitismo, ambos aguardamos la hora del embarque haciendo uso de esta magnífica conexión a Internet en un bar del aeropuerto de El Prat. Por eso no me resisto a transcribiros unos versos del autor italiano, hermosos y tristísimos. Los escribió, dicen, pensando en la actriz norteamericana Constance Dowling tras su ruptura sentimental con ella. La depresión en que le sumió ese desenlace le llevó al suicidio. Pavese se mató a los 42 años, el 27 de agosto de 1950, en un hotel de Turín.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos,
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
La vida es rara y nosotros, más aún. ¿Por qué he entrado hace poco más de una hora en la Librería Catalonia y he comprado las Poesías completas, de Cesare Pavese en Visor (edición de Italo Calvino) -así, a tiro hecho, convencida- y luego me he ido a buscar el bus del aeropuerto. ¿Porque intuía que Pavese y yo, precisamente ahora, nos comprenderíamos? ¿Porque los seres humanos nos sentimos felices al comprobar que siempre hay alguien en peor situación que nosotros? ¿Porque ahora no me conviene y tengo cierta tendencia a desear, incluso con fervor, todo lo que no me conviene?
Ah, si yo supiera la respuesta a todos los interrogantes que me inquietan.
En fin. Pavese y yo, hermanados, nos vamos a la capital del imperio. Él no paga billete. Alguna ventaja tiene que tener estar muerto.
Nunca deshago las maletas
Los humanos necesitamos sentir que vamos hacia alguna parte. Siempre he pensado que, en el fondo, la vida sedentaria va contra nuestra naturalera y acelera el envejecimiento. ¿No dijo Einstein que la velocidad enlentece el tiempo?
* * *
¿Por qué viajamos? No hay una única respuesta: viajamos para desentumecer las piernas y las ideas, para aprender, parta descubrir el mundo y a nosotros mismos, para conocer gente, por el placer de volver, para relatar —y exagerar— aventuras lejanas, por el gusto de descansar después de la travesía, por aburrimiento, por capricho, por temeridad, para ampliar horizontes y vaciar bolsillos, para vencer el miedo, la monotonía, la uniformidad...
Francesc Miralles, Cafè balcànic (Llibres de l'Índex, 2004)
Esta noche, amigos navegantes, dormiré en Roma.
¿Para qué este nuevo viaje? Pocas veces lo tengo tan claro: para ver a una de las personas a quien más quiero del mundo. Para dejar de ver a la persona a quien más quiero del mundo.
12 de junio de 2006
11 de junio de 2006
Todo es literatura
Los rumanos están muy indignados con que cada vez que alguien menciona su país sea para referirse a vampiros, demonios o lugares siniestros. Y, de hecho, no les falta razón: Transilvania es una región idílica, tan tenebrosa como pueda serlo el escenario de Heidi, poblada por hospitalarias gentes. Bram Stoker, el creador de Drácula, jamás estuvo allí. Tiene mérito, porque de la región dijo en su célebre novela más o menos lo mismo que os acabo de decir yo después de dos días de pasear entre coníferas. Para crear a Drácula, Stoker se basó en la figura de Vlad Tepes, un príncipe del siglo XIV que luchó por la independencia de Transilvania. Para los transilvanos es todo un héroe, pese a su fama de sanguinario. Aunque la Edad Media no fue precisamente una época propicia para el respeto de los derechos humanos. En rumano, Tepes significa "el empalador", un sobrenombre que el gobernante se ganó merced a su gusto por empalar a sus enemigos. La leyenda dice que llegó a empalar 40.000 en un solo día (la población total del país por aquel entonces era de 500.000 habitantes) y también que gustaba de cenar entre los empalados, mientras los escuchaba agonizar. Stoker supo de Vlad Tepes en la Biblioteca del Museo Británico de Londres y desde allí inventó a su conde vampiro. Qué cosas tiene la literatura.
Pues bien. En Rumanía pueden visitarse algunos de los monumentos relacionados con Vlad Tepes, entre ellos su casa natal en Sighisoara. Sin embargo, hay una fortaleza defensiva del siglo XIV a la que todos los años acuden miles de turistas y que se vende como "el castillo real de Drácula" y que no es sino un engaño. Está en Bran, una pequeña población a unos 140 kilómetros de Bucarest. El castillo reviste cierto interés y alberga una colección de muebles antiguos, pero la única relación que guarda con Vlad Tepes es que probablemente -ni siquiera es seguro- estuvo aquí preso alguna vez. Durante toda la visita al lugar no encuentra el viajero ni una sola referencia a Vlad Tepes o a Drácula. Es, simplemente, un engaño pensado para atraer turisas y dar de comer a las muchas familias que se dedican a la venta de recuerdos en la plazuela de acceso al castillo.
Con todo, la visita al lugar no está mal. Se puede disfrutar de lugares como el de la fotografía, por ejemplo, a la que debería poder añadirse el silencio, los trinos de pájaros y el murmullo de las aguas del original.
Pues bien. En Rumanía pueden visitarse algunos de los monumentos relacionados con Vlad Tepes, entre ellos su casa natal en Sighisoara. Sin embargo, hay una fortaleza defensiva del siglo XIV a la que todos los años acuden miles de turistas y que se vende como "el castillo real de Drácula" y que no es sino un engaño. Está en Bran, una pequeña población a unos 140 kilómetros de Bucarest. El castillo reviste cierto interés y alberga una colección de muebles antiguos, pero la única relación que guarda con Vlad Tepes es que probablemente -ni siquiera es seguro- estuvo aquí preso alguna vez. Durante toda la visita al lugar no encuentra el viajero ni una sola referencia a Vlad Tepes o a Drácula. Es, simplemente, un engaño pensado para atraer turisas y dar de comer a las muchas familias que se dedican a la venta de recuerdos en la plazuela de acceso al castillo.
Con todo, la visita al lugar no está mal. Se puede disfrutar de lugares como el de la fotografía, por ejemplo, a la que debería poder añadirse el silencio, los trinos de pájaros y el murmullo de las aguas del original.
9 de junio de 2006
Drácula no: Dionysos
Os presento a Dionysos. Lucía así de barbudo y yacente esta misma mañana en uno de los laterales del castillo real de Sinaia, en Rumanía. Carol I, el rey que mandó construir este lugar, denominó el ala que ocupa «Jardín clásico».
Os prometo que al lado Dionysos, no hay vampiro que valga (aunque acaso tenga él mismo algo de deliciosamente vampírico). Mañana os hablo de Transilvania y de Drácula. De momento, hoy os deseo lo mismo que quiero para mí: una larga noche dionisiaca. Amén.
7 de junio de 2006
Me voy de caza a Transilvania
En apenas unas horas, estaré aterrizando en Bucarest, capital de Rumanía. Mañana tengo una cita con el castillo de Bran, en Transilvania, famoso por estar relacionado con el personaje que inspiró el personaje de Drácula, la novela de Bram Stoker.
En estos momentos de mi vida, un vampiro es exactamente lo que necesito. Mañana por la noche, a la puerta de mi habitación —mi hotel se llama House of Dracula, qué felicidad—, colgaré un letrerito anunciando a los vampiros interesados que recibo las 24 horas. Qué gusto ser sorprendida en pleno sueño por un mordisco en un lugar inconfesable. Precisamente a ese tipo de mordiscos estoy ahora de lo más receptiva.
Se me ocurrió ayer explicarle todo esto a una amiga. Me hizo un encargo sorprendente:
—Ya que vas, traeme un par —dijo.
Se refería a un par de vampiros, claro. Le pregunté para qué dos. Si no le bastaba con uno.
—Ay, no. Uno nunca es suficiente. Mejor dos, por si uno falla —dijo, muy segura de lo que habla.
Como mi amiga tiene más experiencia de la vida que yo, resolví hacerle caso en eso como en otras cosas. Traeré también dos para mí, si las pesquisas se me dan bien.
Aunque, dada mi voluntad de servicio, he decidido anunciarlo, por si hay alguien más que desee hacerme algún encargo. No me importa, ya que voy, traer recuerdos transilvanos para mí y para las demás.
En un par de días, tendréis los resultados de mis pesquisas. Lo que ya no sé es cómo estarán las comunicaciones en Transilvania para poder cumplir con mi cita diaria con vosotros.
Si no me véis, pensad que me estaré dejando morder. Nunca me lo he montado con un vampiro, pero seguro que son deliciosamente perversos. Qué gusto.
En estos momentos de mi vida, un vampiro es exactamente lo que necesito. Mañana por la noche, a la puerta de mi habitación —mi hotel se llama House of Dracula, qué felicidad—, colgaré un letrerito anunciando a los vampiros interesados que recibo las 24 horas. Qué gusto ser sorprendida en pleno sueño por un mordisco en un lugar inconfesable. Precisamente a ese tipo de mordiscos estoy ahora de lo más receptiva.
Se me ocurrió ayer explicarle todo esto a una amiga. Me hizo un encargo sorprendente:
—Ya que vas, traeme un par —dijo.
Se refería a un par de vampiros, claro. Le pregunté para qué dos. Si no le bastaba con uno.
—Ay, no. Uno nunca es suficiente. Mejor dos, por si uno falla —dijo, muy segura de lo que habla.
Como mi amiga tiene más experiencia de la vida que yo, resolví hacerle caso en eso como en otras cosas. Traeré también dos para mí, si las pesquisas se me dan bien.
Aunque, dada mi voluntad de servicio, he decidido anunciarlo, por si hay alguien más que desee hacerme algún encargo. No me importa, ya que voy, traer recuerdos transilvanos para mí y para las demás.
En un par de días, tendréis los resultados de mis pesquisas. Lo que ya no sé es cómo estarán las comunicaciones en Transilvania para poder cumplir con mi cita diaria con vosotros.
Si no me véis, pensad que me estaré dejando morder. Nunca me lo he montado con un vampiro, pero seguro que son deliciosamente perversos. Qué gusto.
6 de junio de 2006
Óscar Sipán
En la entrada del 30 de marzo hablé del último premio del escritor aragonés Óscar Sipán. Ahora Óscar, un entusiasta del mundo de la letra impresa, un escritor excepcional y, para mi suerte, amigo mío, desembarca en la sección Biblioteca de mi web.
Si queréis conocerle mejor sólo tenéis que pinchar aquí. Feliz lectura, navegantes.
5 de junio de 2006
Qué de acuerdo estoy
El mundo no es un sueño;
el dolor: la condena del recuerdo.
Nacida en cautividad, Ángela Vallvey (Algaida, 2006)
el dolor: la condena del recuerdo.
Nacida en cautividad, Ángela Vallvey (Algaida, 2006)
4 de junio de 2006
Feria del Libro sin mí
Si una cita anual me gusta en el calendario editorial es la Feria del Libro de Madrid. Los años en que por fuerza ha tenido que transcurrir sin mí —como éste, por ejemplo— me siento extraña, triste.
Por eso os pido que vayáis por mí y me lo contéis. Ved el ambiente, tomad el sol, curiosead en las casetas, saludad a los amigos. Y, si puede ser, pasad hoy por la caseta de Destino entre las 7 y las 9 de la tarde y dadle de mi parte un achuchón muy grande a Marta Sanz, que estará firmando Susana y los viejos, la novela con la que resultó finalista del Nadal. Lo dejo en vuestras manos, amigos, navegantes.
El año que viene, lo prometo, estaré allí.
Por eso os pido que vayáis por mí y me lo contéis. Ved el ambiente, tomad el sol, curiosead en las casetas, saludad a los amigos. Y, si puede ser, pasad hoy por la caseta de Destino entre las 7 y las 9 de la tarde y dadle de mi parte un achuchón muy grande a Marta Sanz, que estará firmando Susana y los viejos, la novela con la que resultó finalista del Nadal. Lo dejo en vuestras manos, amigos, navegantes.
El año que viene, lo prometo, estaré allí.
2 de junio de 2006
Elección
Algunas personas crecemos a golpes. Otras, suavemente. Otras... no crecen, me dice en un correo electrónico alguien a quien no conozco.
Ahora mismo, no soy capaz de elegir cuál de las tres prefiero.
Ahora mismo, no soy capaz de elegir cuál de las tres prefiero.
1 de junio de 2006
No sé decir que no
Suena el teléfono. En la Biblioteca Municipal están elaborando, en colaboración con otras 24 bibliotecas municipales agrupadas en no sé qué red, un libro acerca de las bibliotecas, la lectura, los lectores y toda esa apasionante ristra de cuestiones que tanto afectan al mundo moderno. Me dicen que buscan un autor local que se identifique con la biblioteca y que lo prefieren vivo y de sexo femenino.
Cumplo los requisitos, respondo.
Parecen alegrarse mucho de que no sea hombre ni me haya muerto aún. Me ponen el ejemplo de Salvador Espriu, que también vivía en la comarca: él no podrá colaborar, lo más seguro, porque feneció, lamentablemente, hace 11 años, me informan (aunque conocía el dato y lo demás lo podía sospechar).
Pregunto qué tengo que hacer.
Me dicen que responder a una entrevista. Me amenazan con venir a entrevistarme a domicilio.
Les pido, por favor, que me remitan las preguntas por correo electrónico.
Aceptan. El lunes me mandarán las preguntas.
El lunes. Sólo faltan tres días. Ay, a ver cuándo coño aprenderé a decir que no.
Cumplo los requisitos, respondo.
Parecen alegrarse mucho de que no sea hombre ni me haya muerto aún. Me ponen el ejemplo de Salvador Espriu, que también vivía en la comarca: él no podrá colaborar, lo más seguro, porque feneció, lamentablemente, hace 11 años, me informan (aunque conocía el dato y lo demás lo podía sospechar).
Pregunto qué tengo que hacer.
Me dicen que responder a una entrevista. Me amenazan con venir a entrevistarme a domicilio.
Les pido, por favor, que me remitan las preguntas por correo electrónico.
Aceptan. El lunes me mandarán las preguntas.
El lunes. Sólo faltan tres días. Ay, a ver cuándo coño aprenderé a decir que no.
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