Ése de ahí, con sombrero, zapatos de plataforma y sonrisa de felicidad, es el Mosquito Flit, que me acaba de ser presentado. Es muy amigo de mi hijo Adrián, quien no me sabe decir de dónde procede o cuáles son sus intenciones. Sólo me cuenta que Flit está muy contento, lo cual no sé si debería inquietarme.
No sé si esto tendrá que ver con la invasión de mosquitos-tigre que, al parecer, vamos a soportar este verano. Sólo quería saber si Flit es el primero de su especie en llegar por aquí, alguien enviado a explorar el terreno, a la caza de las costumbres y debilidades de sus víctimas. Pero Flit se ha mantenido toda la mañana tan imperturbable como le véis. No he sido capaz de sacarle nada. Sólo esa sonrisa enigmática que parece decir: «Prepárate, gilipollas».
2 comentarios:
Primero fueron las pruebas con palabras, ahora experimentacion con animales... ¿de que no sera capaz Adrian dentro de unos años?
El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja.
¿Cómo continuaría Adrián esta fábula? En mi bloghttp://lanavajaenelojo.blogspot.com/ he propuesto que busquemos un final.
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