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Por si alguien quiere leerle: pistas para rastreadores de Dovlátov: entrad en Iberlibro y teclead en el motor de búsqueda su apellido, sin la tilde ingrata. Aparecerán varios ejemplares de La maleta. Aún es posible hacerse con uno, y os aseguro que es un consejo de amiga.
Y, para terminar, tres breves catas de ese libro, precisamente:
Se puede dividir a la gente en dos categorías. Los que preguntan. Los que responden.
En cada ciudad hay una estatua de Lenin. En cualquier centro regional. En ese sentido, la demanda es inagotable. Un escultor experimentado puede esculpir a Lenin a ciegas. O sea, con los ojos cerrados.
Una mujer puede hacer tres cosas por un escritor ruso. Puede mantenerlo. Puede creer sinceramente en su genialidad. Y, finalmente, puede dejarlo en paz. A propósito, lo tercero no excluye lo primero ni lo segundo.
Se puede dividir a la gente en dos categorías. Los que preguntan. Los que responden.
En cada ciudad hay una estatua de Lenin. En cualquier centro regional. En ese sentido, la demanda es inagotable. Un escultor experimentado puede esculpir a Lenin a ciegas. O sea, con los ojos cerrados.
Una mujer puede hacer tres cosas por un escritor ruso. Puede mantenerlo. Puede creer sinceramente en su genialidad. Y, finalmente, puede dejarlo en paz. A propósito, lo tercero no excluye lo primero ni lo segundo.
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