23 de diciembre de 2005

Adrián Olmedo, poeta, filósofo y creador de lenguaje (4 años)

El pocodrilo: animal fiero, aunque a ratos apocado.
La broma de borrar.
La escoba de barrer tiburones (un cachirulo alargado que los adultos se empeñan en llamar escobilla de limpiar biberones).
Bebida refrescante de extractos: Una caracola.

Hoy, un cuento cuasi-inédito en Gazpacho.

5 comentarios:

cristian dijo...

Lo de Adri me apasiona. Sí que parecen tiburones los bibes. Las dos marcas de cola no son baratas. La broma de borrar se encarga de tonterías dichas en serio. El pocodrilo, eso mismo.

Me gusta el cuento. Como sé que lo tienes en cuenta: hay dos "hermanados"

No me parece que quede mal porqué el primero es cuando los encuentra la chica moderna en el portal, y el segundo, cuando los despide en el balcón. Mantiene esa sensación, cuando los despide, que ya tuvo cuando los vio por primera vez.

Me gusta el cuento. Síp. El final me gusta. Lo que, ¿por qué Virginia Woolf va vestida de motera y Saul Bellow y Roth no destacan por su ropa? ¿Es por qué la protagonista no los ha hecho suyos todavía? Yo habría dejado a Virginia Woolf vestida de su época. Síp. Además que vestida con sus ropas diciendo que es Virginia Woolf en Brooklyn no le pasaría nada. La tomarían por la típica chalada que escucha voces.
Entonces cuando viniera alguien, a Brroklyn, preguntando por ella, por Virginia Woolf, los del barrio de Brooklyn, los que la conocen como la "antena" por lo de las voces, serían los primeros en informarse y si la oferta era buena, buena para su amiga, confirmarían: "¿cómo es Virginia woolf?"
De acertar la respuesta, el pacto quedaría cerrado, reconocimiento y aceptación de y por ambas partes. Con su pregunta aceptan el precio que pagaré por los cartones que recoja su amiga y los papeles que escriba. Con mi respuesta, acepto el motivo por el cual pago más caro, lanzamiento de cierre: "una chalada que oye voces"
Caen cohetes y se disparan serpentinas!

Virginia Woolf es una motera. No sé.
O una homeless con ropa vaquera, no sé. La prefiero vieja chalada que oye voces. Te la encuentras en la cale y la invitas a un café. Ella tampoco a leído a Bellow ni a roth.

Me estoy yendo. Procuraré no escribir en estas condiciones. El cuento me gusta. Hasta mañana.

B. Llamero dijo...

Gracias por cuento.

Care dijo...

Entra de nuevo, Cristian, y dime si los cambios están a la altura de tus buenas ideas y de tu portentosa imaginación. Por supuesto, el cuento es tuyo para siempre. Gracias por mejorarlo tanto. Guapo.

Joan Antoni dijo...

Bones festes, Care

cristian dijo...

¡Guapa tú!

:)