Será porque el lunes se ha levantado nuboso que tengo ganas de empezar la semana con tormenta. Hace pocos días, en este blog, alguien se preguntó por qué en la antología de jóvenes cuentistas catalanes que pronto publicará Páginas de Espuma sólo hay una mujer. Ya estamos, la preguntita de siempre, pensé yo. Más de moda ahora, por cierto, en que se lleva la paridad. Vaya por delante, aunque lo que voy a decir levante zarpullidos entre algunas visitantes de este rincón (lo sé... lo sé...) que yo no creo en la paridad. Y mi antología es un buen ejemplo: diez cuentistas. Sólo una mujer. Podría haber habido dos, pero la otra no estaba por la labor de que yo la atosigara con mis peticiones. Ergo, si todo hubiera salido como yo quería habrían sido 8 hombres y 2 mujeres. Esa mujer que falló dejó espacio a otro hombre quien, en rigor, no hubiera estado si todo hubiera ido como estaba previsto. Le selecioné por sus méritos, no por su género -siempre, claro, según mi modesta opiniónm de lectora (enterada, eso sí. Más enterada que otros lectores incluso). ¿Que tendría que haber hecho de creer en la paridad? ¿Seleccionar de los hombres los 5 mejores, las 2 mujeres que por sus méritos literarios debían estar ahí y buscar con desesperación 3 más que cubrieran ese hueco, sin importarme lo que hubieran escrito en su vida? Me parece un triste criterio, la verdad. Puedo prever lo que dirán las defensoras de ese feminismo al límite que a mí me produce urticaria: habría que revisar los criterios de selección. Pues bien, he aquí los criterios de selección: cuentistas (y cuentistos, ojo con el lenguaje, amigos y amigas) nacidos después de 1960, con al menos un libro de cuentos (nunca de cuentas) publicado en una editorial comercial. Los demás, hombres o mujeres, quedaban fuera automáticamente. Siguiente réplica (a alguien se le ocurrirá, seguro): ¿Estás convencida de que las chicas acceden igual a las editoriales comerciales? Respuesta: Ya lo creo que sí. Y no sólo eso. A las editoriales comerciales les interesa más encontrar mujeres que hombres, por eso procuran sacarlas incluso de debajo de las piedras. Porque venden más, dicen (¿sí? ¿será?). El mundo literario es, esencialmente, femenino. Aquí no funciona el feminismo de manual. Otra pregunta tópica que suele surgir: Si las mujeres escriben tanto, si las alumnas de los talleres literarios suelen ser mujeres, si casi todas alguna vez han escrito un diario, ¿por qué sigue habiendo un 26 por ciento de escritoras frente a un 74 de escritores? Ah, yo tengo mis propias teorías, que dan para otra entrada, si os apetece. Pregunta que (seguro) me formularán los periodistas el día que presentemos la antología: ¿Cómo tú siendo chica sólo has incluido a una escritora en la antología? ¿No había más cuentistas catalanas mujeres que merecieran la pena? Tendré que decirles la verdad: Que había otra, pero no quiso aparecer. Y que no, salvo estas dos que son y están, en mi modesta opinión, no hay más cuentistas catalanas nacidas después de 1960 que merezcan la pena. La vida es así, no la he inventado yo.
Pese a todo, cuando alguien me pregunta si soy feminista respondo que por supuesto que sí. Soy feminista igual que soy ecologista, digo, porque es de recibo. Pero en todo hay gradaciones, y yo ya no estoy en edad de exagerar demasiado con mis militancias. Una cosa es ser feminista y otra ser defensora de lo paritario. También una cosa es ser ecologista y otra muy distinta ser de Greenpeace. Feliz tormenta en un vaso, queridos, queridas.
5 comentarios:
Eso lo dije yo, no era una crítica, sólo me preguntaba por qué, en general, hay más escritores que escritoras, yo misma leo bastantes más libros escritos por hombres que por mujeres...No dije que tuvieras que incluir a más mujeres sólo por se mujeres.
Lo sé, Miwok. Tu pregunta, a menudo formulada por gente mucho menos inocente (en el buen sentido), es un lugar común que me ha dado pie a la entrada de hoy. Sólo eso. Sé de sobra que lo dijiste con tus mejores intenciones. Espero que no te moleste que lo haya utilizado.
Qué de acuerdo estoy con tus razones, Care, y es una pena que haya que aguantar ciertas aptitudes que en el término "paridad" camuflan feminismo de burger king.
Como dice un amigo: es que cada vez hay menos gente afectada por esa enfermedad degenerativa llamada sentido común.
Qué de acuerdo estoy con tus razones, Care, y es una pena que haya que aguantar ciertas aptitudes que en el término "paridad" camuflan feminismo de burger king.
Como dice un amigo: es que cada vez hay menos gente afectada por esa enfermedad degenerativa llamada sentido común.
Siempre hay mucha calma (incienso) en este mar ¿Dónde están las tormentas?
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