29 de diciembre de 2005

De la película Sacrificio, de Andrei Tarkovsky


Si un hombre hace algo cada día, siempre a la misma hora, aunque sea algo intrascendente, como echar un vaso de agua del grifo por el retrete, el mundo cambiará.

5 comentarios:

cristian dijo...

Vale, pero si esa acción consiste en asistir a misa, no cuentes conmigo, Tarkovsky.

Care dijo...

Pues no, amiguito, tampoco conmigo. Yo quiero apostatar, ¿te apuntas? Seguro que a dúo será más divertido. Yo más bien pensaba cuando citaba a Tarkovsky en algo insignificante, inútil y hasta cierto punto absurdo. Como, por ejemplo..., hacer un blog.

cristian dijo...

Me apunto. Será más divertido y tendremos más fuerza. Creo que no sueltan corderos tan felizmente como reparten hostias.

Pensaba en lo de Tarkovsky, el blog...
Cada día, a la misma hora, un gesto y el mundo cambia. Sabes que a tal hora harás tal cosa. De momento has puesto un centro a tú día.

A partir de aquí, según las constantes, construir algún tipo de reloj: "Son exactamente la pregunta en grito de mi mujer sobre mi nueva costumbre de echar agua por el retrete"

O esperar, impaciente, a que llegue la hora del acto (jiji): cada vez menos, cada vez menos. Ejecución. Recuerdo. Irse a dormir, mañana se empieza de nuevo.

Y si no hay mañana, el de hoy lo hemos disfrutado.

No es mala idea hacerlo (jiji) cada día a la misma hora

Care dijo...

Deberías abrir tu blog, Cristian. Tendrías más de un seguidor incondicional. A mí, por ejemplo.

cristian dijo...

Jo, Care, es de lo más bonito que me han dicho. Muchas gracias y muchos besos.